Limpieza de playas en Porvenir: Una dulce preocupación que da esperanzas

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Mientras otros niños de su edad prefieren estar conectados en las redes sociales, el ocio u otra actividad, Antonia prefiere pasar del dicho al hecho y cambiar un paisaje sucio y descuidado por uno recuperado y grato.  De esta manera concreta su aporte al cuidado del planeta.

 

 

A sus cortos 13 años, Antonia Vera Rubilar ya siente una gran preocupación por el mundo tan contaminado que heredaremos a las siguientes generaciones. Por este motivo, es que en varias ocasiones ha dedicado parte de su tiempo libre a recoger kilos y kilos de la basura desparramada en la costanera de Porvenir, tarea a la que ha sumado a sus conocidos, amigos y familiares.

Con cuerdas de nylon, redes usadas por  los pescadores locales, alambres, latas de bebidas y cervezas pero, por sobre todo, muchas botellas y envases de plástico,  cuatro personas han logrado llenar hasta cinco bolsas de basura de las más grandes en tan solo una hora y media.

“Me impacta demasiado la cantidad de basura que como humanos estamos desechando. Si no se genera una conciencia sobre este problema, vamos a seguir acumulando y el plástico aumentará tanto que quienes nazcan a futuro sólo van a conocer este elemento y no las plantas y animales”, expresa con angustia.

Este ejemplo de niña porvenireña, contó a Fem Patagonia que desde siempre se  ha preocupado por el cuidado del medioambiente, pero no fue hasta que participó del campamento Almirantazgo, organizado por WCS  en octubre pasado, en que vivió la experiencia de la conservación de la naturaleza durante 5 días en el Parque Karukinka de WCS y en la Estancia Caleta María. “En esa ocasión se formó un grupo grande y salimos a recoger basura en varios puntos de la costa. Conocí a mucha gente que me hizo reflexionar sobre este gran problema, cómo afecta a los animales y a las plantas y a conocer y valorar zonas hermosas de Tierra del Fuego que no conocía”.

 

“Me impacta demasiado la cantidad de basura que como humanos estamos desechando. Si no se genera una conciencia sobre este problema, vamos a seguir acumulando y el plástico aumentará tanto que quienes nazcan a futuro sólo van a conocer este elemento y no las plantas y animales”, expresa con angustia.

 

Tras esta experiencia, cuenta que ha repetido la recolección de desechos en los operativos que organiza la escuela Libertador General Bernardo O’Higgins, donde cursa el 8º básico, en forma conjunta con los otros dos establecimientos de la localidad, el Liceo Polivalente Hernando de Magallanes y el Colegio María Auxiliadora. “Lamentablemente, en Porvenir no hay una planta que recicle, así que no nos queda más que ir a dejar todo al vertedero”, agregó.

Con el pasar del tiempo la cantidad de voluntarios y el entusiasmo no han sido los mismos. Sin embargo, Antonia ha perseverado, contagiando su entusiasmo a su mamá Delfina Rubilar y a su hermana menor Colomba de 10 años, su mejor amigo Emilio Navarrete Luna y su mamá  Ninoska, que han acompañado a esta promisoria ambientalista a contribuir con un importante grano de arena en el cuidado de la naturaleza. “Hay muchas personas preocupadas por la contaminación, pero con palabras no solucionamos mucho.  Por eso agradezco el apoyo que me dan mis amigos y mi familia, en especial mis padres y  la oportunidad que me brindó la WCS”, manifestó.

Confiada en que el desarrollo científico puede mermar esta situación, Antonia anhela estudiar medicina. Mientras tanto, continuará instruyéndose en el colegio y con el material que lee sobre el cuidado del medioambiente. “No existe preocupación por botar los desechos en el basurero y menos que lo que se usa y bota hoy va a permanecer en el planeta al menos unos 150 años. O sea, la persona que usa ese plástico ya no va estar en la tierra en ese tiempo, pero sí sus hijos y los hijos de sus hijos y el plástico que votó hoy, aún va estar ensuciando. Por eso los invito a tomar conciencia sobre este grave problema y hacer algo al respecto”, concluyó.