Escuela de Danzas Mariné: Niñas flamencas viviendo en medio de lunares, flores, alegrías y ¡olés!
Se despliegan sobre el escenario como colorida flor, que abre sus pétalos al rítmico son de las sevillanas y el flamenco. Graciosas y vivaces, las pequeñas derrochan sus alegrías en cada paso, interpretando los temas musicales tan característicos de este mundo.
Son el semillero de la Escuela de Danzas Mariné que dirige la talentosa Mariné Pérez Yubero, verdadera precursora de la danza y la música. Desde las primeras 22 alumnas, esta academia tiene hoy cerca de 80 exponentes que muestran sus avances en cada presentación que realizan en el Teatro Municipal José Böhr.
Esta academia ha formado a centenares de niñas quienes, desde sus primeros pasos, han ido entendiendo y apreciando el flamenco. Con esmero, paciencia y amor, se les enseña los aspectos básicos de esta expresión única que ha sido reconocida por la Unesco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
El flamenco tiene tres pilares: el cante, la guitarra y el baile. Su música viva y cargada de sentimiento es muy apreciada por las niñas y adolescentes, las que ingresan a un mundo de vestimentas llenas de lunares, flores y colorido y se rodean de alegría, sentimientos y ¡olés!
Su ritmo marcado, sus melodías y armonías ayudan a las niñas y jóvenes a desarrollarse, adquiriendo confianza en sí mismas.
La práctica del flamenco enseña a las mujeres a empoderarse de los espacios en los que se desenvuelven, llenándolas de seguridad y alejando el temor de expresar sus sentimientos.
