Camila Mancilla, la arquitecta de una fantasía visual

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“Un vuelo vernáculo” es el título de la primera exposición que la joven magallánica inauguró el 12 de abril, en la sala Tierra del Fuego del Hotel Casino Dreams, y que podrá ser visitada hasta el 7 de mayo.

 

Quienes han visitado la sala de exposiciones Tierra del Fuego del Hotel Casino Dreams en las recientes semanas, seguramente se habrán sorprendido de las creaciones de la artista magallánica Camila Mancilla Vera. La joven arquitecta combinó su profesión con una mirada única y especial, representando en sus obras imágenes con un gran componente onírico y detallista, a través de la técnica del collage.

“Un vuelo vernáculo” fue el título que escogió para esta exposición, que permanecerá hasta el 7 de mayo en el segundo piso del casino y que según los comentarios recibidos, ha tenido muy buena recepción.

-¿Qué valoración le das al hecho de que una profesional y artista magallánica pueda exponer en esta sala?

-“Mi interés por el patrimonio arquitectónico nace gracias a esta ciudad, lo que luego derivó en el entendimiento del patrimonio a través del collage, ya que esta disciplina me permite realizar una búsqueda de los elementos característicos de cada ciudad que se deben poner en valor. El hecho que mi primera exposición individual sea en esta sala hace que esta muestra sea un hito simbólico en mi carrera, cargándola de energías. Por otro lado, la curadora de este espacio ha abierto sus puertas a gente de la región, lo que considero muy valorable, ya que permite que artistas como yo puedan exhibir su trabajo en un salón de primer nivel”.

-¿Cuánto tiempo llevabas preparando “Un vuelo vernáculo” y por qué elegiste ese nombre y esas obras?

-“Llevo cinco meses preparando esta muestra, pero casi dos años trabajando bajo esta idea. El nombre viene del concepto vernáculo, que tiene que ver con la arquitectura nativa, que no tiene fines monumentales, sino que tiene un uso doméstico y que se gesta con materiales y preconceptos estéticos con los que llegaron los primeros pobladores de cada lugar, por lo tanto corresponden a una mixtura cultural.

“Una casa típica magallánica, por ejemplo, puede responder a un volumen simple de dos aguas, sin embargo, está revestida con lata de desechos de embarcaciones, usa un solo techo en punta, muy propio de la arquitectura croata y también internaliza el jardín, espacio exterior muy importante en la arquitectura suiza, de este modo se arman las galerías. Sin embargo, quienes construían estas casas eran carpinteros chilotes, especialistas en el trabajo de técnicas del ensamble. De este modo, estas construcciones arquitectónicas se convertían en un gran collage, que tomaban diversos elementos para crear una gran obra final.

“Este tipo de construcciones nos hablan de las primeras migraciones, que al igual que nosotros, tienen una carga cultural que de alguna forma nos hacen parte de un collage cultural, el cual se encuentra en constante movimiento, al igual que un vuelo, que es parte de un proceso migratorio constante. Esta arquitectura no sería nada sin el paisaje y territorio en el que se construye e inserta, por lo tanto, la naturaleza también juega un rol muy relevante en la yuxtaposición de estos elementos”.

 

“Mi interés por el patrimonio arquitectónico nace gracias a esta ciudad, lo que luego derivó en el entendimiento del patrimonio a través del collage, ya que esta disciplina me permite realizar una búsqueda de los elementos característicos de cada ciudad que se deben poner en valor”.

 

 

-¿Cómo surgió la inspiración para cada una de las obras? A simple vista hay mucho de onírico en tu trabajo y también es muy notorio tu visión de arquitecta en cada una de ellas. ¿Eso se dio de forma natural o de un principio la idea era buscar una combinación entre un arte más libre, por así decirlo, y la arquitectura?

-“Cada collage es parte de una historia, pero cada una de las historias se materializan con una imagen arquitectónica que la protagoniza. Esto se dio de forma natural, es un poco contar lo que te decía antes, que, desde mi visión, todos somos collage, al igual que la arquitectura vernácula. Como arquitecta es un gran privilegio, porque a pesar que la arquitectura tiene mucho de artístico, también tiene mucho de normativo, de técnica, de miles de otros factores que dificulta desenvolver la parte más creativa. Este medio es magnifico porque puedes hacer lo que se te ocurra cortando y pegando”.

¿Qué planes tienes ahora como artista, y cómo proyectas esta misma exposición?

-“Ahora estoy más motivada que nunca, quiero seguir exponiendo, seguir creando otros vuelos vernáculos, perfeccionando la técnica, tener otros momentos tan lindos como el que tuve en la región, con la oportunidad de contar estas historias hechas collage. Ahora los collages se van a un centro cultural muy interesante en Punta Arenas. El lugar de la muestra es muy libre, se pueden hacer muchas cosas así que si bien es ‘un vuelo vernáculo’ que será exhibido en otras cuatro paredes, traeré otros collage de esa serie y los dispondré de tal forma que estén casi al borde de la instalación. Después voy a exponer en Puerto Natales para la semana de aniversario, así que estoy muy expectante por crear otras muestras, ojalá reciba muchas invitaciones”.

Fotografías: La Prensa Austral / José Villarroel