Crece la familia

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Muchas son las recomendaciones que encontramos para preparar al herman@ mayor, frente a la llegada de una nueva criatura a la casa. Desde no hacer diferencias y consentir con regalos y mimos en forma equivalente al recién nacido, hasta hacerle notar que las cosas han cambiado y que ahora el amor de los padres no será de su exclusividad.
No pretendo negar que es un tema para todos los padres, algunos más, otros menos, nadie quiere que el primogénito lo pase mal o esté expuesto a una convulsión de emociones innecesarias.
Hasta hace poco mi primogénita ,con sólo tres años de diferencia de la guagua que esperamos, estaba en negación. Cuando le hablábamos de su hermano, repetía “no seénada”. En ese momento supe que no había receta para la llegada del segundo hijo y que los niños tienen una sabiduría especial para estas cosas. Que sería ella quien me iría dando las señales para ayudarla a comprender este cambio, contenerla y acompañarla en este nuevo sentimiento de hermana.
Nadie conoce a los hijos mejor que nosotros mismos, y por eso la responsabilidad de enfrentar este cambio familiar es de los padres. No hay niños faltos de amor, descariñados, ni agresivos por sí solos. Somos los padres los que facilitamos u obstaculizamos el camino de los hijos a temprana edad para que reconozcan en sí mismos los sentimientos y emociones que no los perturben y les permitan relacionarse mejor con el entorno.
El llamado es estar atentos a los hitos fundamentales en la vida de los seres humanos que traemos al mundo, y no distraernos con superficialidades que nos distancien.

Mail: madrigueramagallanica@gmail.com • Twitter: @madrigueramag