Cristina Calderón, Tesoro Humano Vivo: “Yo digo que todo esto es nuestro”

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FONDO DE MEDIOS DE COMUNICACIÓN, REGIÓN DE MAGALLANES. PROYECTO FINANCIADO POR EL MINISTERIO SECRETARÍA NACIONAL DE GOBIERNO
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Cristina Calderón es la última hablante del idioma Yagán tiene 87 años y fue reconocida por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes en Chile como Tesoro Humano Vivo en el marco de la convención para la Salvaguardia del Patrimonio inmaterial, adoptada por Unesco en 2003.

Tuvo 9 hijos (7 de ellos vivos) y 14 nietos, actualmente vive en Villa Ukika, a dos kilómetros de Puerto Williams. En el documental ™La dueña del fin del mundo∫, proyecto realizado por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, dentro del programa Tesoros Humanos Vivos 2009, la abuela Cristina, como la llaman los pobladores, recorre el canal  Beagle en compañía de su hija Lidia González y de una de sus nietas.  Allí va develando con su voz pausada las historias y recuerdos que forman parte de su identidad y que fueron transmitidos de generación en generación durante más de seis mil años. ™Yo digo que todo esto es nuestro∫, advierte Cristina con una sonrisa mientras navega por las aguas en una moderna embarcación, que dista mucho de las canoas en las que viajaban con su gente, con un fuego encendido en el medio para dar calor y secar sus cuerpos que se sumergían en el agua para mariscar y obtener su alimento.

Sin embargo, el colapso de su pueblo fue casi repentino,  con muertes masivas provocadas por las epidemias que traían (sin saberlo) las misiones evangelizadoras en la última mitad del siglo XIX y principios del XX, así como también los barcos que llegaban en expediciones desde Europa y les entregaban ropas, alimentos y vicios.

Estos acontecimientos que forman parte del contexto histórico de la cultura Yagán están muy bien documentados en la novela ™El Amante de la Patagonia∫, de la escritora francesa Isabelle Autissier. Allí se cuenta la vida de Emily, una joven escocesa huérfana que es enviada a Tierra del Fuego para cuidar a los niños del reverendo en el año 1880 y se enamora de Aneki, un joven Yagán. En el libro sale a la luz la profundidad de los sentimientos de una cultura que se desarrolló en una simbiosis única con la naturaleza, sus hábitos y costumbres ancestrales, en torno a la pesca, la supervivencia y las relaciones humanas. En la novela también surge la pregunta filosófica sobre qué hubiese sucedido si los pueblos originarios no hubieran sido invadidos por el hombre blanco.

™Mi madre ha recibido su historia oralmente, ella no ha renunciado a ser Yagán y lo va transmitiendo a sus hijos y nietos∫, cuenta Lidia en el documental que se puede ver en el canal de youtube https://www.youtube.com/watch?v=G1ENPeP7eh4. Mientras tanto la grabación de la voz de la hermana de Cristina, Úrsula, quien falleció en 2003, entona una canción en Yagán que se funde con los paisajes imponentes de montañas, glaciares y fiordos que van dibujando el horizonte del canal Beagle.