Conociendo a las artesanas del Centro Artesanal de Punta Arenas
Dory Araya: más de 30 años trabajando en el rubro de la artesanía
“Empecé por necesidad, para tener algo de qué vivir. Yo sabía tejer de chica y de un día para otro decidí dedicarme a esto. Eso ocurrió hace 30 años. Partí de forma autodidacta, pero fui tomando cursos de orfebrería y poco a poco comencé a especializarme hasta llegar a lo que soy hoy”. Con estas palabras, Dory Araya cuenta cómo se inició en la artesanía.
En su local 2, del primer piso del Centro Artesanal de Punta Arenas Dory vende productos realizados con lana, como por ejemplo, gorros y también joyas en cobre y plata de diferentes etnias, principalmente ona y mapuche.
La mayor parte del trabajo que exhibe Dory en su local está hecho por ella misma.
“Lo importante es que la gente tenga claro que son cosas únicas. Nada está repetido y por lo mismo, todo tiene aceptación. Al público, en general, le gusta mucho lo que es natural, lo que es hecho por nuestras propias manos”, dice.
Dory asegura que el verano es la mejor temporada para ella, sobre todo por la gran cantidad de turistas extranjeros que llegan a la región. Sin embargo, en invierno el principal público proviene de otras ciudades del país.
“Los chilenos son muy buenos clientes. Prácticamente no piden descuentos, casi no regatean”, concluye.
Los tejidos de Tamara Mansilla
Tamara Mansilla se dedica a crear productos con lana natural y hace dos años instaló su tienda en Centro Artesanal de Punta Arenas. Según cuenta, desde siempre tuvo habilidades manuales.
“Aprendí a tejer cuando era pequeña. Antiguamente en el colegio te enseñaban de todo: diseño, publicidad y pintura, entre otras disciplinas. Uno aprendía muchísimo. Todos esos conocimientos los empecé a usar ahora. Entonces se me hizo fácil”, explica.
Pero, ¿cómo empezó en la artesanía? Sus inicios en este rubro se remontan cuatro años atrás. “Yo trabajaba en el mercado municipal y paralelamente hacía cosas, que una amiga me vendía. La verdad es que este trabajo tiene puntos altos y bajos, pero me gusta mucho. Por eso no he abandonado el buque todavía”, afirma.
Muñecas, adornos de ovejas, gorros de lana, ponchos y cuellos de lana son parte de la gran variedad que ofrece en su tienda.
“Lo que más vendo son los gorros y las ovejitas. Generalmente quienes vienen buscan productos hechos con materiales de la zona porque hay mucha lana que no es de acá y todos piensan que sí pertenece a Punta Arenas”, asegura Tamara, cuyo local es el número 3 y se encuentra en el primer piso.
