“Mamá ¡estoy aburrido!”

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Los psicólogos del servicio Fonoinfancia (800 200 818) de Fundación Integra entregan algunas recomendaciones a los padres y madres.

Las vacaciones son una oportunidad para descansar, recuperar energías, explorar nuevas experiencias y aprender con otras actividades. Esto implica que durante este periodo la dinámica familiar sostenida durante el año se modifica, lo que, paradójicamente, puede estresar y agobiar a los papás y mamás que no saben cómo abordar este nuevo escenario.

“Mi hija tiene 4 años y lleva tres semanas de vacaciones. En estos días ha visto películas, jugado, pintado, pero ha estado diciendo – cada vez con más frecuencia- que está aburrida y no sabe qué hacer”. Esta es una de las consultas más frecuentes que recibe por estos días Fonoinfancia (800 200 818), servicio telefónico gratuito de Fundación Integra que brinda apoyo a los adultos responsables de los niños y niñas en temas de crianza.

Por ello, los psicólogos que atienden Fonoinfancia entregan algunas recomendaciones:

Nuevas rutinas: ya sea que se queden en casa o salgan a otro lugar, este tiempo implica un cambio brusco de las rutinas y una reorganización del tiempo libre. En este escenario, flexibilizar las normas implica establecer una rutina más relajada, con el necesario descanso, lo que no debe confundirse con ausencia de normas.

Expectativas: la llegada de las vacaciones de verano es un momento muy esperado por los niños y niñas y, en general, tienen expectativas que pueden diferir de las que tienen los adultos. Por ejemplo, los adultos pueden esperar tener tiempo para dormir, los niños tiempo para jugar y los adolescentes para estar con los amigos. En este sentido, es importante conversar sobre lo que “grandes” y “pequeños” quieren, y llegar a un acuerdo que respete la edad y los intereses y necesidades de todos, manteniendo ciertas normas que resguarden su desarrollo.

Evitar comparaciones: a veces los adultos miramos las vacaciones de los niños como si fueran nuestras vacaciones y decimos cosas como “¿estás aburrido?…si fuera tú haría tantas cosas que durante el año no puedo….”, o “yo en tu lugar estaría feliz de ir al campo para aprovechar la naturaleza…”. Estas comparaciones no ayudan ni promueven el acercamiento entre adultos y niños, ya que provoca que los niños se sientan incomprendidos.

Estimular: la nueva rutina en vacaciones debe considerar los intereses y habilidades de los niños. Si un niño o niña tiene interés por alguna actividad, quizás los padres puedan evaluar dentro de las posibilidades, la participación de su hijo en actividades o talleres en temas de su interés. Esto tiene un doble beneficio: se estimula su desarrollo y le transmite al niño que los adultos reconocen y valoran sus intereses.

Motivar el desarrollo de otras habilidades: implica invitarlos de una manera que les resulte atractiva. Obligar a los niños a desarrollar actividades extraprogramáticas puede resultar contraproducente, predisponiéndolos negativamente. Algunas alternativas para generar interés y motivarlos podrían ser aproximarse de a poco a las actividades o destrezas que queremos estimular e invitarlos primero a conocer la actividad (mostrarles de qué se trata), relacionar estas actividades con personajes o historias que les gusten, incluir a los amigos, etc.

Acompañar sin resolverlo todo: Antiguamente se decía “no darles todo en bandeja”. El aburrimiento puede ser un escenario propicio para desarrollar la creatividad, pero requiere acompañar a niños y niñas a buscar alternativas que no ven por sí solos, para descubrir nuevas posibilidades. Por ejemplo, si están aburridos, es importante ayudarles a mirarse: “lo primero que debemos hacer para resolver el aburrimiento es saber de qué tienes ganas…”. Ayudarlos a entenderse, fortalecer sus iniciativas y permitir una posición activa frente al aburrimiento.

Compartir: este tiempo puede ser una oportunidad para compartir como familia. Es importante tener en cuenta que a veces “el aburrimiento de los niños” también podría ser entendido como una petición de compañía. No es lo mismo estar juntos en un espacio físico que compartir temas, actividades, conversar, disfrutar en un ambiente afectivo. Si los padres no están de vacaciones, según sus posibilidades, pueden buscar en qué momento ir generando estos espacios de encuentro.

Jugar: el juego es el lenguaje natural de los niños, es su forma de comunicarse, divertirse, aprender y conocer el mundo, por lo tanto una estrategia muy efectiva para compartir con ellos. Todo el tiempo destinado a jugar tiene un valor inigualable para el desarrollo emocional, intelectual y social, por lo tanto debemos reconocer en el juego una forma de comunicación que nos acerca a ellos. Un buen indicador de un buen juego es observar cuánto disfrutan los niños y nosotros este momento.

 

Todos fuimos niños y niñas, ¿recuerdas qué era en ese tiempo lo más valioso de las vacaciones?, recuperar esto puede darnos pistas valiosas para acompañar a nuestros hijos e hijas y que las vacaciones cumplan el objetivo de ser un tiempo grato para todos. Además, Fundación Integra, en su web www.integra.cl, puso a disposición de la comunidad 48 actividades para niños de 0 a 5 años para desarrollar en casa con los niños utilizando materiales que generalmente encontramos en el hogar.