Creadora de “El Té de May” Claudia Pérez es una de las pocas sommeliers chilenas expertas en este exquisito brebaje

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“Sabemos desde la cuna que el té no es solamente una infusión. Es una ceremonia. Es una tradición. Y una tradición se respeta porque es nada más ni nada menos que parte de nuestra esencia que se transforma en historia”, relata Claudia Pérez creadora de “El té de May”.

la caperucita y el te

Desde niña Claudia Perez ha disfrutado la hora del té con sus amigas en la casa de su abuela May Rasmussen.

Con su expertise como sommelier de tés, logra identificar las mejores variedades del mundo para desarrollar blends y acercar esta tradición milenaria al paladar de los chilenos.

Desde su casa – estudio en Rancagua, realiza catas, degustaciones y nos cuenta en una entrevista su historia, secretos y tradiciones para disfrutar el más rico maridaje a la hora del té.

 

¿Cuándo nació tu pasión por el té y cómo fue el proceso de pasar de compartir el ritual en familia a pensarlo como una vocación y a la vez un negocio?

Creo sin duda que mi pasión nació en la niñez, donde el té siempre fue el centro de toda celebración familiar, pues si bien nos acompañaba en el rito inglés heredado de mis ancestros, también éste no se limitaba únicamente a la hora del té, sino que se mantenía a lo largo de todo el día.

Fue recién hace unos siete años, cuando me encontré con un mundo fascinante de aromas y sabores desconocidos al entrar a Tealosophy, de Inés Bertón, en el Hotel Alvear, de Buenos Aires. Curiosamente mi madre y mi hija se llaman Sofía y nuevamente el té se hacía presente de una forma especial y coincidente en que mi primer acercamiento a verlo como negocio, fuera a través de un nombre que me era familiar. En esa tienda mis sentidos simplemente despertaron y junto a ello la vocación que desarrollé posteriormente que se traduce en la felicidad que me produce compartir lo que he aprendido y que finalmente me tiene hoy frente a “El Té de May”.

ceremonia japonesa

Claudia Pérez en una ceremonia de té japonesa.

Tetera

Típica tetera oriental para degustar el té y acompañar distintas comidas.

¿Quiénes fueron tus mentores y cuál fue su principal legado?

Mentores como tal, son dos: Sofía Avendaño Rasmussen, mi madre, que me enseñó a disfrutar del placer de una taza de té como placer para el alma, placer que compartimos juntas desde mis recuerdos de niñez, hasta las últimas conversaciones que sostuvimos días antes de su sorpresiva partida, en septiembre del 2000, y mi abuela May Rasmussen Bishop, quien además de tomarlo puro o con leche, ponía cascaritas de naranja o limón a sus hebras, lo que años después descubriría que es una forma de blendear. Ambas, a su manera, pero siempre con una sonrisa frente a una taza de té, me contaron historias, me leyeron un libro, jugamos a las cartas o simplemente en silencio, nos acompañamos.

Conocí a Victoria Bisogno y su Club del Té y a Horacio Bustos, Director de Gyokuro Círculo Argentino del Té y con quien actualmente curso una especialización que me llevará a formar parte de la Escuela Española de Sommeliers y finalmente, la relación que mantenemos desde aquellos primeros pasos en el mundo del té con mi prima hermana de Argentina Silvina Pérez, de Eventos a la Hora del Té, que trabaja con la misma pasión que yo en este mundo en el que nunca se termina de aprender.

 

Si bien el té es la infusión más conocida a nivel mundial, muchas personas conocen sólo el té negro, qué consejos das a aquellas personas que quieren introducirse en la cultura del té y degustar otros blends. ¿Es clave la forma de preparar los para disfrutarlos mejor?

Indiscutiblemente su preparación hará que un té sea un éxito o un completo fracaso, a la hora de degustarlo.

Ahora bien, primero quisiera diferenciar lo que es un blend de lo que llamamos un varietal.

El Té Negro es, sin duda, el tipo de té más consumido en occidente, pero existen también: Blanco, Amarillo, Verde, Azul (Oolong), Rojo, Negro y Pu-Erh, que son los que resultan del tratamiento de la hoja del arbusto llamado Camelia Sinensis y que serán reconocidos en una variante de “puros” o varietales. Los Blends, en consecuencia, resultan de incorporar a estos varietales o tés puros: Flores, Frutos o Especias.

Junto a la calidad del agua, ojalá filtrada, debemos controlar que su temperatura sea la adecuada para una correcta preparación, terminando por controlar el tiempo de infusión de la hebra nos permitirá disfrutar de una perfecta taza de té.

Un té verde, por ejemplo no debe saber mal, o ser amargo. Un té negro no debiera ser astringente al extremo que se torne desagradable en boca. Cómo sucede eso? Cuando está mal preparado.

Dicho esto, les sugeriría que se atrevieran a probar, hoy en día existe una inmensa gama de blends, además de los tés puros, por tanto lo interesante es descubrir cuál es el que marida conmigo, cuál es mi té. Para ello, sin volvernos maniáticos de los tiempos y temperaturas del agua, sepamos que son importantes a la hora de un buen resultado.

 

¿En qué lugares de Chile se pueden conseguir tus productos?

En mi Casa-Estudio en la ciudad de Rancagua, donde también realizo Talleres, Seminarios y Catas, prontamente en Ecocamp Travel de Puerto Natales, hay planes en Curicó y en Arica. Soy un poco reticente a entregarlos en cualquier tienda para distribución porque me interesa que se preparen de forma adecuada. También realizo despachos a todo Chile y los llevo en los viajes a ciudades donde se realizan mis eventos.

 

¿Cuál es tu blend preferido y cómo está elaborado?

Es uno que está elaborado en base a Té verde y Negro, con flores: Pétalos de Aciano, Rosas, Girasoles y Jazmín. Una infusión que puede tomarse fría o caliente y que me encanta por su delicadeza y dulzor. Dentro de los “puros”, el ahumado Lapsang Souchong, sin duda.

 

Cuéntanos de qué se trata la Cata de té

Así como en el vino es un expertise que requiere de conocimientos específicos y una gran capacidad sensitiva.

 

¿Qué es lo que más disfrutas de tu trabajo?

Fíjate que para mí si bien existe la Cata Técnica, hoy pienso que a través de las cuatro ceremonias más conocidas: Chanoyu, en Japón; Gung Fu Cha, en China; Wu Wo en Taiwán y Five O´Clock Tea en Inglaterra, es posible incorporar la cultura del té los ingredientes para completar un expertise que nos permita relacionarnos en este mundo.

Digo esto porque cada Ceremonia aporta lo suyo: el Chanoyu basa sus principios en la armonía, respeto, pureza y tranquilidad, mientras el Gung Fu Cha lo hace en los sentidos: olfato, gusto, tacto y vista. El Wu Wo aporta lo suyo, en el principio de “no ser” vale decir que no hace distinciones, llegando a la típica ceremonia inglesa, donde junto al ceremonial y protocolo se transforma en una reunión social, donde el compartir con otros incorpora de alguna forma a los demás a este mundo interior que se apropia de las ceremonias orientales.

Entonces, lo sensitivo va justamente por el conocer la historia y el gran aporte que hace cada cultura a lo suyo, que sumado a conocimientos técnicos de preparación, servicio y maridaje, hacen que uno pueda convertirse en un experto en esta materia. Creo que lleva una vida también aprenderlo.

Lo que más disfruto, en consecuencia, es conocer gente que siente interés por conocer, aprender, degustar y darse permiso a través de los sentidos a experimentar un camino que tiene no solamente estructura de aprendizaje, sino también un mundo de emociones que afloran ante una taza de té. La felicidad que me produce que aquel que llega es distinto al que se va, luego de algunas horas de trabajo, lo que se logra en cada cata es una experiencia nueva y como dice una amiga sommelier argentina: No existe la ruta del Té… el Té es la ruta.

 

En tu opinión, ¿Cuál es el mejor maridaje a la hora del té, con qué tipo de tortas, dulces, o comidas lo acompañarías?

Dependerá siempre del té que elijamos. Dentro de los que considero son los mejores a la hora de maridar puedo destacar que los verdes en general acompañan muy bien el sushi, pescados, mariscos y algunos frutos secos; mientras que los negros como el lapsang souchong son fantásticos para acompañar cordero magallánico, cerdo o costillar, aunque si me dan a elegir lo prefiero con un queso camembert queda exquisito y en su variedad más dulce, como el Earl Grey –clásico inglés- o el Darjeeling con pastelería, scons con mantequilla o mermelada casera.

Igualmente, siempre insisto en que el té es una ruta personal, por más que se sugieran acompañamientos o maridajes, será el propio paladar quien le indique a cada uno la mejor compañía que elegirá para acompañar al suyo. Lo interesante es ¡atreverse a probar!