“Nuestro hijo nos motivó a aprender inglés”

12 Comments

Rosa Soto España (67 años) y Juan Soto (66 años) demuestran que nunca es tarde para aprender. Ellos se inscribieron en Oxford English Academy y están disfrutando de esta nueva aventura.

 

Después de toda una vida de esfuerzo, llega el momento de jubilarse. Para algunos, se trata de un paso difícil, pues se tiene el temor de la inactividad.

Pero, otros prefieren aceptar que es una etapa más de la vida y que debe ser asumida con coraje y buena disposición.

Tal es el caso de un matrimonio de jubilados que decidió, entre otras cosas, estudiar inglés pese a tener más de sesenta años cada uno, demostrando así que nunca es tarde para aprender un idioma.

“Ambos somos adultos mayores jubilados, por eso tenemos tiempo para cosas como el curso de inglés y otras actividades, aprovechando que los dos estamos en los mismos afanes y tenemos el tiempo para hacerlo”, explicó Rosa Soto España, de 67 años.

Ella fue profesora básica y en los últimos años trabajó en el área de atención al menor en la Corporación Municipal de Punta Arenas.

“Actualmente, me dedico a hacer todo lo que no pude durante mis años de trabajo, entre eso, saber inglés, que siempre me llamó la atención pero nunca le pude dar el tiempo”, indicó.

Su esposo Juan Soto (66 años) reconoce que su hijo fue fundamental en esto del estudio del inglés: “Nuestro hijo nos motivó. Cuando nuestro hijo estudiaba en la enseñanza media, tenía un gran interés por realizar una beca de intercambio, pero nosotros, pensando en los temores y aprensiones que nos ocasionaba que se fuera, lo convencimos de no hacerlo. Pero, finalmente lo logró en la época universitaria, se fue a Alberta, Canadá, por una postulación de un concurso de ingeniería de Methanex. Eso fue lo que le dio más fuerza aún para querer irse a vivir al extranjero. Finalmente, se fue a vivir a Inglaterra. Hace ya 12 años vive en Edimburgo, Escocia, y tenemos un viaje planificado este mes de agosto. Esa es la gran razón por la que queremos aprender inglés”.

 

Así, a Rosa y Juan se les ve ingresar por las tardes a Oxford English Academy, con sus libros bajo el brazo y su entusiasmo.

“Nosotros tenemos la intención de poder desenvolvernos en este país (Escocia) de manera independiente, queremos entender a la gente que habla en inglés. Además de que dicen que las personas que aprenden un segundo idioma tienen menor posibilidad de tener problemas de memoria cuando pasan los años. Ya llevamos más de un año en el curso de inglés, partimos en abril del año pasado”, dijo Juan.

Las únicas aprensiones de Rosa al momento de enfrentar estos estudios era que tenía poco conocimiento del idioma, siendo casi nula su preparación, a diferencia de la de su marido que sí pudo estudiar por su trabajo.

Pero, las cosas han cambiado radicalmente: “Me siento mucho más capacitada ahora a comparación de cuando llegué a las clases; ya podemos entender la señalética de las calles y aeropuertos, las indicaciones en los museos, etc.”, comentó Rosa.

Estos verdaderos protagonistas de “Volver al Colegio”, no ven en la diferencia etárea con los compañeros ninguna dificultad. “Nuestro grupo con el que estudiamos es mucho más joven que nosotros y, a pesar de lo que se podría pensar, ha sido muy fácil lograr un vínculo; nos sentimos totalmente afiatados, lo pasamos muy bien y es muy importante ese ambiente que se ha generado porque las clases se hacen más fáciles y didácticas”, señaló Juan.

Rosa, además de este curso de inglés, ha incursionado en clases de telar, pintura en madera y patchwork (creaciones con pedazos de tela). “Con todo esto, siento que he cambiado el switch. Estoy más consciente de que la vida continúa y uno tiene que mantenerse activo, porque, si me quedara en la casa todos los días mirando tele, creo que me sentiría frustrada y sería una vida muy plana. Ya voy a cumplir siete años de jubilada y lo más lindo de todo es que uno se da cuenta de que puede hacer muchas cosas, dejar la rutina de trabajo que llevaste por tantos años y hacer algo completamente nuevo, sentirte capaz de aprender desde cero una nueva área. Es reinventarse, algo que me hace muy feliz, hago tantas cosas que se me hace corto el día”.

Juan corrobora esto señalando: “Ambos hemos aprovechado al máximo esta época de nuestras vidas, disfrutando a los nietos y, además, enseñándoles. En la época de pruebas, trato de ayudarles con el inglés y las matemáticas y mi esposa los ayuda en ciencias y lenguaje, entonces también tenemos un compromiso con ellos. No queremos ser los abuelos que no están actualizados y no pueden ayudar a sus nietos en las tareas ni estar a la par con las nuevas generaciones”.

Rosa también toca algo muy importante que es la relación de ellos como pareja. “Vivimos una hermosa etapa de renovación. Nosotros somos catequistas de novios y eso también es muy motivante. Lo que hacemos no es tanto enseñar, sino, más bien, compartir nuestras vivencias como pareja por tantos años, cómo salir adelante con los problemas que la vida pueda entregar y cómo tomar lo bueno de una relación y lograr que sea sana y satisfactoria”.

“Creo que ahora nosotros tenemos menos tiempo ‘libre’ que cuando trabajábamos. Eso también ha hecho que yo sea mucho más colaborador en la casa, nos repartimos los deberes y somos más equitativos en cuanto a lo que hay que hacer en la casa. Eso también ayuda a la relación de pareja, ser un equipo dentro y fuera de la casa. Pero, definitivamente es un tiempo bien aprovechado. Esta etapa de la vida, yo creo, ha sido la mejor de todas”, remarcó Juan.