Bellas y campeonas a los 50

– Son madres y hasta abuelas. Pero, se mantienen más vitales que una mujer de 20 años y, más encima, acaban de ganar el campeonato de apertura del básquetbol en la serie 50 años. 

Elia Simeone R. – revista@fempatagonia.cl

Irradian alegría. Hablan todas a la vez, como el mejor de los cursos desordenados.

Cada cual tiene su propia anécdota e historia de vida, con buenos sabores y momentos amargos, pero todas comparten una sola pasión: el básquetbol.

Este amor, incubado en su niñez, se ha mantenido por años y acaban de arrasar en el campeonato de apertura de básquetbol femenino, en la serie 50 años.

Son las revoltosas y meritorias integrantes del Club Sokol, quienes siguen brillando cada domingo.

Cuando hoy la ciencia y la cosmética se unen para hallar la fórmula mágica o los procedimientos que permitan a muchas mujeres mantener una apariencia lozana y jovial, hay otras que, a través de una vida sana y dedicada a su familia y al deporte, han sabido mantenerse vigentes, activas y muy bellas.

Los 50 son un umbral que aterran a muchas, pero ellas lo cruzaron sin complejos y con mucha dignidad.

Así, son un ejemplo de cómo toda mujer debe perseguir lo que le gusta y mantenerse apasionada: los verdaderos secretos de la juventud.

De club en club

– ¿Qué las une a todas?

– “La pasión por el deporte”, responde rápidamente Adriana Álvarez.

Cuentan cómo la mayoría son amigas desde la niñez, pues desde entonces o fueron compañeras de curso o se encontraron en una cancha para entrenar y jugar básquetbol. Han pasado jugando juntas en un mismo club 10, 15 y hasta 20 años, en algunos casos. En otros, ocasionalmente se han enfrentado en iguales lapsos.

“Todas hemos estado en diferentes clubes”, comentan y también hay varias seleccionadas regionales, como Viviana Vladilo y Margarita Alvarez  (1972, 2009, 2010 y 2011). Otras también han integrado una selección magallánica en diversos períodos como Adriana Álvarez, Isabel Álvarez, Glady Vera y Victoria Fernández.

Este grupo, sin embargo, desde fines de 1990 que no se ha separado y que ha “vendido” su pase como un todo a diferentes clubes: “Comenzamos en el Español, seguimos en el equipo de la empresa Kiko-Sam, el Pudeto y ahora en el Sokol”, señala Isabel Álvarez.

“Nuestro pase es colectivo”, bromean. “Es que pagamos la inscripción y, en el caso del Sokol, ellos nos permiten usar el gimnasio para entrenar una vez por semana”, acota.

– ¿Tan poco entrenan?

– “¡Es que no necesitamos más!”, responde rápidamente a modo de broma Romelia Santana. 

El apoyo de los padres

Ellas destacan que pertenecen a verdaderas familias deportistas. Muchas tuvieron a padres ligados al básquetbol u otra disciplina, sus esposos también y ellas mismas han inculcado el amor por los deportes a sus propios hijos y nietos.

“Casi todas somos abuelas”, comentan con alegría.

Por ello, señalan que es responsabilidad de los padres el que hoy los niños no hagan deporte, sólo quieran quedarse jugando en el computador en sus casas y estén obesos.

“Yo siempre acompañé a mi hijo a jugar en Porvenir. Me tenía que levantar temprano los sábados e ir con él a la cancha para que entrene a las 9 de la mañana y lo hacíamos sin faltar y aún cuando todo estuviera nevado. Nunca se me ocurrió decir: ‘Hijo, no vayas, hace mucho frío’”, recuerda a modo de ejemplo Isabel Álvarez y eso no fue en vano pues su hijo,  Marcelo Hernández, fue varias veces seleccionado nacional viviendo en Punta Arenas y hoy sigue jugando profesionalmente en Santiago. Su otra hija, Yaricel Hernández, también fue seleccionada chilena y participó en sudamericanos.

Sin estrés

– ¿Cuál es el secreto de su atractivo y jovialidad?

– “Entrar a la cancha todos los domingos. Allí dejamos todo el estrés y los problemas. Ahí nos liberamos”, responde rápida y sin dudas Viviana Vladilo.

Otras coinciden y agregan: “Podemos tener muchos problemas, pero los dejamos afuera de la cancha. Así nos mantenemos sanas de cuerpo y de alma”.

Sin duda, este grupo derrocha energía y va por la vida como lo que son: ¡campeonas!