TENGO HIPOTIROIDISMO Y ESTOY EMBARAZADA: ¿Qué hago?
Dra. Leisly Vidal
Nutriología y Diabetes
MagÍster en Nutrición y Dietética
Miembro de la Sociedad Chilena de Nutrición
Miembro de la Sociedad Chilena de
Endocrinología y Diabetes
El hipotiroidismo es una de las patologías más comunes en el embarazo. Tenemos que diferenciar aquí a la mujer que tiene una disfunción tiroidea previa al embarazo, ya lo sabe y recibe tratamiento (situación más común), de aquella que es diagnosticada durante la gestación.
Debemos recordar previamente que el hipotiroidismo se asocia a un riesgo aumentado de falla reproductiva en la fertilización in vitro, subfertilidad o infertilidad, motivo por el cual en primer lugar es probable que una mujer con hipotiroidismo tenga más dificultades en lograr la concepción. Una vez que se da un embarazo, el riesgo de complicaciones maternas y fetales es mayor en hipotiroidismo manifiesto que en los casos de hipotiroidismo subclínico.
CLASIFICACIÓN DEL HIPOTIROIDISMO
Hipotiroidismo clínico (primario autoinmune es el más frecuente, 90% de los casos): existen signos y síntomas de la enfermedad, acompañado de una TSH elevada y T4L disminuida en el suero. Anticuerpos antitiroideos presentes en algunos casos.
Hipotiroidismo secundario: se da por alteraciones hipofisarias o hipotalámicas (10 % restante de los casos).
Hipotiroidismo subclínico: En general sin signos ni síntomas y con concentraciones séricas elevadas de TSH y T4L normal, o bien una T4L baja y TSH normal. Frecuencia del 2% al 5%.
El American College of Obstetricians and Ginecologyst en el 2009 recomendó incrementar la dosis de levotiroxina en pacientes con hipotiroidismo previo en 20 % – 50%, desde el comienzo del embarazo (25 a 50 mcg/día) e implementar tratamiento al hipotiroidismo subclínico.
SUPLEMENTACIÓN CON YODO
El yodo es necesario para el desarrollo cerebral del feto. Es bien conocida la relación causal entre un déficit de yodo y el daño sobre el sistema nervioso central fetal. La carencia de yodo produce una concentración baja de T4 materna que el embrión no puede compensar. Las recomendaciones actuales de yodo son:
– 150 μg/día para mujeres en edad reproductiva
– 250 μg/día en mujeres embarazadas, sin exceder los 500 μg/día.
Si tenemos en cuenta que la mayoría de los países disponen de Sal yodada… ES NECESARIO SUPLEMENTAR??
Las fuentes alimenticias más ricas en yodo proceden del océano: vegetales del mar (algas comestibles del océano ™kelp∫), mariscos y pescados (arenque, gambas, langostinos, bacalao, mejillones, salmón, lenguado). Los productos lácteos también contienen algo de yodo (yogurt, queso, leche).
Se ha estimado que, en gestantes, 3 raciones de leche o derivados lácteos y 2 g de sal yodada cubren cerca del 100% de las necesidades de yodo. A esto habría que añadir otras fuentes de yodo que proporcionan el resto de alimentos de la dieta, como los pescados.
En Chile la yodación de la sal es ley, sin embargo existen muchos productos importados que no necesariamente traen sal yodada, por lo que siempre es bueno leer el etiquetado. Por otro lado, algunas mujeres por el deseo extremo de ™cuidarse∫ durante este periodo llegan a consumir alimentos sin sal o con muy poco aporte de ésta, por lo que pudiesen no cumplir con la recomendación mínima diaria de este mineral.
Lo importante es mantener siempre una buena adherencia a los controles ya que su médico podrá dar las orientaciones pertinentes para lograr una buena regulación de estas hormonas durante el embarazo.