Anahí Cárdenas Rodriguez, anuncia su regreso a la vida política

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Ex alcaldesa de Torres del Payne también compartió con Fem su faceta de hija, madre, emprendedora y apasionada por el rodeo femenino.

 

Para una mujer amante de las actividades ecuestres, no puede haber mejor celebración del Día de la Madre que el haber participado junto a su hija Isabel  en nacional del Rodeo Femenino en Valdivia de Paine.(Región Metropolitana).

Muchos la conocen por su pasado como alcaldesa de la comuna de Torres del Payne y por su afición a los caballos y, en particular, al rodeo. Hoy, está enfrascada en un nuevo proyecto: el hotel El Ovejero, emplazado en dicha comuna.

Pero, nuevamente quiere volver a una de sus grandes pasiones: la política, pensando que, desde dicho sitial, puede contribuir enormemente al progreso de Torres del Payne, su gente y aportar al desarrollo del turismo magallánico.

“Te voy a decir una sola cosa: lo lindo de la política y, lo  digo en el buen sentido de la palabra, es que todo tiene su revancha y ¡yo el 2020 voy a ir por la revancha!”, sentenció.

Pero, en esta entrevista Anahí Cárdenas Rodríguez también nos cuenta de su niñez, su rol de madre y sus proyectos.

Esta secretaria ejecutiva trabajó dos años en la Asociación de Ganaderos de Magallanes (Asogama) y, luego, se fue a estudiar administración de predios agrícolas en Inacap, sede de Valdivia.

Su primer trabajo como tal fue en el Frigorífico Simunovic, en control de calidad en la sala de despostes. “Fue una experiencia bonita ya que venía recién saliendo de la universidad, era algo nuevo, trabajábamos con carne de exportación de ese entonces. Estuve un año porque decidí estar cerca de Natales, por lo que se me dio la oportunidad de hacerme cargo de una parcela donde se cultivaba ajo. Era una apuesta de un grupo de personas de cultivar el ajo chilote y también flores. En ese tiempo se cultivó peonía japonesa, pero no pude ver ese proyecto terminado”, recordó.

Luego se casó con Juan Carlos Millanao, y tuvo a su primer hijo, Juan Ignacio. Inició una nueva vida en cerro Dorotea, donde se dedicó a cultivar un terreno de cinco hectáreas. “Fue súper interesante. El trabajar la tierra me gusta y me gustó mucho en ese entonces”, señaló.

Más tarde, estuvo un año en el Inia cultivando frutales menores, frutillas, alcachofas, repollo de brusela, coliflor, productos que se dan bien acá en la zona, obviamente con todo el cuidado. “Además hacía trabajos privados y me dediqué a la banquetería cuando ya no tenía ningún empleador”, acotó.

La vida familiar y nuevo emprendimiento

Nacida en Puerto Natales, toda su vida ha vivido en Cerro Castillo. Estudió allí en la pequeña escuela rural y, en enseñanza media, tuvo que trasladarse a Puerto Natales para seguir los estudios.

“Fue un tremendo cambio salir de aquí (Cerro Castillo). Esto fue el año 82. Todo lo encontraba inmenso. Me costaba encontrar mi sala. Además, eran otras las condiciones, los caminos no estaban como están hoy en día, obviamente ha habido un tremendo progreso en todos estos años en la provincia, ha cambiado todo. Natales ya no es un pueblo, todo ha ido evolucionando”, destaca.

Del mundo del campo, Anahí pasó al de la política. Tenía 36 años al asumir como concejala y, cuando se trasladó a Cerro Castillo, la familia compró la cafetería El Ovejero. “Comencé a trabajar con mi madre, mientras tanto estuve cuatro años como concejala de la comuna de Torres del Payne y, ya desde el 2008 al 2016, fui alcaldesa por dos periodos. Perdí las últimas elecciones y, desde ese entonces, comencé con este proyecto (hotel). Ahí hubo un cambio de lo político, de lo público al tema privado”, señaló.

Mirando con perspectiva, hoy valora la derrota electoral que la sacó de la alcadía, pues le permitió echar andar el proyecto hotelero.

“Junto con mi marido, esto nos llena de orgullo y nos deja contentos por entregar un buen servicio aquí en la Patagonia, como nos dicen algunos turistas: ‘Venimos de tan lejos y no nos imaginamos encontrar algo tan lindo, acogedor, de buen gusto, de buena calidad’”, refiere.

“Ha sido bien entretenido echar andar este hotel, porque es nuevo y porque lo construimos con gente de la zona. En cada detalle hemos puesto todos nuestros esfuerzos para que sea acogedor y lo es. Hemos rescatado también la arquitectura del lugar, las tradiciones, la forma en como está construido este  hotel y ponemos todo nuestro esfuerzo para que el pasajero se lleve un buen recuerdo del lugar, no solo del hotel, de la zona, de estar acá en Patagonia”, hizo ver.

Sopesando todo el esfuerzo familiar desplegado detrás de este nuevo proyecto, Anahí Cárdenas plantea que se saca el sombrero ante aquellos pioneros que abrieron el camino.

“Nosotros, en tres años construimos este hotel, comenzó a funcionar el 2017, pero te diría que la primera temporada partió con fuerza el 2018. El primer año yo estuve metida en la cocina, para hacer funcionar el restorant, haciendo los dulces, las mermeladas. Detrás del servicio que entregamos hay  una dedicación y arduo trabajo. Por otro lado, mi marido por las tardes tiene que hacerse cargo de alimentar la calefacción porque aquí no hay gas, la calefacción funciona a leña, hay que echarle leña a las calderas”, apuntó.

“Muchas veces –agregó- eran muy pocas horas en las que nosotros descansábamos para poder tener lo que nos habíamos propuesto: un buen servicio”.

Hoy, Anahí valora que han podido formar un buen equipo con gente de la zona, que está comprometida con el proyecto. “Es lindo como jefa sentir que tu gente te quiere, que le gusta trabajar contigo y hasta el momento ha sido muy gratificante todo”, señaló. 

 

“Vivo pendiente de mis padres”

Anahí sólo tiene buenos recuerdos y palabras de agradecimiento para sus padres. “Ellos fueron tremendamente visionarios. Papá tuvo la primera estancia cuando la repartieron en 1978. El trabajaba acá en Cerro Castillo, era encargado de los vacunos y, de la noche a la mañana, pasó a ser su propio jefe. Había que trabajar, pagar la estancia, tener a cargo gente y ellos lo hicieron súper bien. Con el tiempo y fruto de ese trabajo, adquirieron otra estancia”, reseñó.

También acotó: “Puedo decir que con mis padres se cumple el dicho que detrás de un hombre exitoso hay una mujer muy importante, pues es ella la que contiene, la mano dura, la que pone las reglas, la que maneja los altos y los bajos”.

Anahí rescata de América el que es una buena madre, abuela y tía, siendo preocupada, trabajadora, responsable, muy distinguida.

“Recuerdo que en su infancia las condiciones eran distintas y que, desde los 9 años, su madre le enseñó a hacer queso, manjar, mantequilla y todo tipo de comida y dulces. “Ella es una cocinera excelente”, remarcó.

 

Rodeo, pasión familiar

Otra de sus facetas, la deportiva, ha estado ligada a su amor por los caballos. “El tema del rodeo yo lo practico desde los 14 años, siempre estuvo ligado a mi familia. Mi mamá fue la responsable de que nosotros estemos hoy en día en el rodeo. Ella nos cuenta que hace años en Natales vino un matrimonio de la zona central. Don Julio Burgos, el esposo, fue profesor y él vino con la idea del rodeo y quería acá en Natales tener huasos. Mi mamá con la señora de él comenzaron a buscar personas y mi madre metió a mi papá en el rodeo. Así empezó el cuento. Como mi papá siempre ha sido un excelente jinete, le gustó a él todo este tema del rodeo y empezó a practicar, primero a ver y, con el tiempo, ya empezó a correr y sigue haciéndolo hasta los días de hoy que, a sus 82 años, sigue participando en rodeo. Claro, después nos metió a nosotros, a mi hermano, que también corre, tengo otra hermana que participa en los enduros ecuestres. Estamos todos ligados a cabalgar. Siempre me gustó andar a caballo y aprendí, me gustó mucho el rodeo y lo sigo practicando nuevamente. Hubo una época en que lo dejé, pero, como a mis hijos Isabel y Juan Ignacio les encanta, regresé al ruedo”, reseña.

Pese a haber estado un tiempo sin competir, siempre se mantuvo ligada a este deporte, siendo parte del club de Torres del Payne y asistiendo, como expectadora, a diversas competencias.

En 2010, a Anahí se le dio la oportunidad nuevamente de correr, ya que las mujeres en la zona central estaban haciendo que haya cambios en el reglamento, para que no fuera sólo un deporte de hombres.

 

“Vivo pendiente de mis padres y creo que esto es como una devuelta de mano porque ellos se esforzaron mucho por nosotros. Como hija, me siento súper orgullosa de mi mamá, América Rodríguez Teveni (82 años)”.

 

 

“Fui a correr a Colina. Me fue súper bien. Desde ahí seguí participando, en ese tiempo  estaba en la alcaldía y, para nuestra Fiesta a la Chilena, como invitaba a corraleras, hacíamos presentaciones en la cancha de jineteadas. Quisimos traer el rodeo feminino también para mostrar y que la gente vea lo que hacíamos, por el tema de la igualdad. Hacíamos destrezas el día viernes en las canchas de jineteadas para la inauguración, lo que siempre tuvo buena acogida por la gente, siempre les encantó y el día sábado hacíamos un rodeo femenino acá en la media luna de Cerro Castillo”.

“Por muchos años en el período en que estuve como alcaldesa, todas las corraleras nunca me fallaron, siempre estuvieron presentes y esto fue lo que me motivó a volver a correr y, bueno, ahora mucho más motivada porque pude correr con mi hija. Después tuve la  oportunidad de participar en un rodeo familiar donde corrí con mi hijo, donde todos llaman rodeo padre – hijo, este fue madre – hijo, ya que mi marido no es de andar a caballo”.

“Entonces, para cumplir la tradición lo hicimos y no hay nada más gratificante que compartir un deporte con tus hijos.  Mis hijos lo disfrutan, les apasiona demasiado, se preparan, miran los rodeos, piensan cómo lo van hacer, analizan sus atajadas. Me gusta verlos cuando realmente disfrutan”, relata con absoluta pasión.

 

Su revancha política

Pese a este nuevo emprendimiento, Anahí Cárdenas Rodríguez está decidida a regresar al ruedo político. “Me gustan los desafíos. Nada es fácil”, indicó.

Lamenta que, en las últimas elecciones donde no pudo ser reelecta, se dio el populismo, sobre todo pensando en que la comuna de Torres del Payne es estratégica porque llega gente de todo el mundo y es donde realmente debe haber inversión.

“Acá tenemos que avanzar en tantas cosas que son importantes, el tema de obras publicas, caminos, abrir nuevas rutas. Esta comuna es tan linda y no solo la comuna, la provincia, donde hay que trabajar en cosas importantes en la región”, postuló.

Anahí explica la razón por la cual retornará a la política: “Me gusta el servicio público, me gusta hacer cosas porque siempre estoy pensando. Me apasiona avanzar y esto no va por un tema de poder. En un momento se los dije a los funcionarios, que cuando empieza el tema político el alboroto es inmenso, pero, a los que fueron realmente legales, les agradecí. Cuando dejé el municipio les dije: ‘No me voy a ir de Castillo. Miren, ahí está mi casa porque es una realidad. No soy afuerina de este lugar. He vivido toda mi vida aquí y no busco un puesto político por ganarme unas lucas’. A lo mejor suena déspota, pero es querer ver avanzar y crecer el lugar de dónde uno viene”.