Los riesgos de exponerse al sol

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Se acercan las vacaciones, y es común que muchas personas se expongan al sol para conseguir ese bronceado tan anhelado, sin embargo, el enrojecimiento de la piel que ocurre después de exponerse al sol o a otro tipo de luz ultravioleta puede provocar lesiones de primer o segundo grado, de acuerdo a la profundidad del compromiso de la piel.

Uno de los síntomas más visibles producto de la exposición al sol es la piel roja y sensible, caliente al tacto; las ampollas que se desarrollan de horas a días después; y en reacciones severas puede haber fiebre, escalofríos, náuseas o erupción cutánea, ante ello se debe consultar en una Urgencia.

Cuando la piel empieza a ponerse roja y duele, el daño está hecho. El dolor es peor entre las 6 y 48 horas después de la exposición al sol.

¿Por qué se produce la quemadura solar?

La quemadura solar se presenta cuando el grado de exposición al sol o a una fuente de luz ultravioleta excede la capacidad del pigmento protector del cuerpo, melanina, para proteger la piel. Una quemadura solar en una persona con piel muy clara o en niños puede ocurrir en menos de 15 minutos de exposición al sol del mediodía, en tanto que una persona con piel oscura puede tolerar la misma exposición por horas.

¿Pueden tener las quemaduras efectos a largo plazo?

Aunque los síntomas de la quemadura solar normalmente son temporales (como la piel roja que duele al tacto), el daño cutáneo con frecuencia es permanente y puede tener efectos serios para la salud a largo plazo, incluyendo cáncer de piel que por lo regular aparece en la adultez, pero es causado por la exposición al sol y quemaduras solares que empezaron temprano en la niñez.

Es mejor prevenir las quemaduras que tratarlas. Hay disponibilidad de protectores solares efectivos con una amplia variedad de intensidades. Lo ideal es utilizar un protector solar de amplio espectro, con un factor de protección solar (FPS) de 50, que debe aplicarse de manera generosa.