ESA PIEL SOBRANTE QUE AFECTA LA AUTOESTIMA

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Dra. MARÍA Fernanda Deichler V.                                                                                                                                       Cirujano Plástico                                                                                                                                                                        Pontificia Universidad Católica de Chile                                                                                                                          Miembro de la Sociedad Chilena de Cirugía Plástica

Los pacientes que se someten a cirugías de bypass gástrico no sólo enfrentan un cambio que puede resultar radical en sus vidas, puesto que a medida que comienzan a perder peso también se hacen visibles otros “problemas”.

El cambio más significativo se aprecia cuando la persona ha perdido mucho peso y la piel empieza a verse flácida. Te miras al espejo y observas que literalmente todo está colgando en las zonas donde tenías una mayor concentración de grasa como: abdomen, cintura, muslos, interior de brazos, glúteos, entre otros.

La situación finalmente termina afectando a la paciente de forma negativa, ya que su autoestima se ve dañada al tener que a diario enfrentarse a un cuerpo donde la piel cuelga, por lo que generalmente son personas que viven acomplejadas.

Pero… ¿Cuándo un paciente está listo para someterse a una cirugía estética que le permita corregir el típico “faldón abdominal” que no lo deja sentirse a gusto?

Tras el bypass gástrico, la persona puede optar por la cirugía plástica, específicamente una abdominoplastía con la que podrá corregir esa piel que sobra del abdomen.

La abdominoplastía es un procedimiento quirúrgico mayor, cuya finalidad es extirpar el exceso de piel y grasa de la parte media y baja del abdomen y reforzar la musculatura de la pared abdominal.

Si existen cicatrices previas en el abdomen, esta cirugía puede estar contraindicada o las cicatrices pueden cambiar de posición. En otros casos, esta cirugía consigue eliminarlas.

Una abdominoplastía suele durar entre 2 y 4 horas, dependiendo de la cantidad de corrección necesaria.

En la mayoría de los casos los resultados son definitivos, siempre y cuando se acompañe de una dieta equilibrada y ejercicio periódico.

De todas formas lo recomendable es que la intervención quirúrgica (abdominoplastía) se realice cuando el paciente haya estabilizado su peso, es decir, dos años después de haberse sometido a la cirugía de obesidad.