Accidentes en el hogar: la importancia de la prevención

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Jorge Torres Sánchez – Ingeniero en Prevención de Riesgos – Director de Carrera Prevención de Riesgos – Santo Tomás – Punta Arenas

 

Cuando hablamos de “nuestra casa”, nos estamos refiriendo al lugar donde vivimos. No importa si es un cuarto, un departamento o una casa de cartón. Sólo valoramos que es nuestro hogar.

Las viviendas son muy diferentes entre un lugar y otro. Pueden estar construidas con distintos tipos de materiales, tener una determinada cantidad de ventanas -dependiendo del clima- situarse sola, en medio de un terreno o pegadas a otras construcciones.

En muchas partes de nuestras casas encontramos instalaciones, objetos, materiales o accesorios que, si no usamos con cuidado, pueden llegar a causar un daño a los miembros de la casa, o dañar la misma propiedad. Los objetos, materiales o lugares se convierten en agentes de riesgo al usarlos o manipularlos sin el cuidado suficiente. Estos pueden provocarnos diversos tipos de lesiones o daños físicos por accidentes.

Los accidentes generalmente nos provocan daños físicos que conocemos como lesiones y, a veces, los daños son también a los materiales, estructura o propiedad. Estos pueden deberse a acciones que realizamos ejecutadas, principalmente, por el ser humano, las cuales se pueden clasificar en acciones riesgosas o inseguras. Pero también existen aquellas que son provocadas por condiciones del ambiente que encierran peligros, muchas veces que escapan de nuestras reacciones y que pueden provocar graves accidentes.

En el hogar, nuestra casa encierra múltiples peligros. Sin embargo, entre los miembros de la familia, no todos se encuentran con las mismas posibilidades de defensa frente a estos peligros. En este aspecto las estadísticas nos indican que los niños menores de cinco años y los adultos mayores, son los que sufren accidentes en el hogar con mayor frecuencia y consecuencias. La edad y su situación en la vida los convierte por su inocencia, desconocimiento, despreocupación, habilidad, agilidad y debilidad en los más vulnerables.

Los accidentes en el hogar están siempre presentes. Pueden producirse en el momento menos esperado. No obstante, de quienes habitamos en él está la responsabilidad de que no ocurran, a través de acciones que convertirán nuestro hogar en un lugar seguro.

Dentro de las prioridades están, sin duda, aquellas instalaciones que consideramos como básicas, como es el caso de la electricidad y el gas. Instalaciones que deben ser seguras y siempre bajo las normas de seguridad, donde una de las prohibiciones es realizar instalaciones o conexiones “hechizas”, principal factor de accidentes en el hogar.

Por otra parte, debemos aumentar la atención y el cuidado hacia los niños y ancianos; por último, y esto es responsabilidad de todos los adultos, el seguir, aplicar, desarrollar y enseñar hábitos seguros en todo lo que concierne a los aparatos, productos, instalaciones y situaciones que en el hogar se van sucediendo.