La dulce y fuerte voz que se impuso en el Festival Folclórico en la Patagonia

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La búsqueda de la excelencia musical ya le está dando, a Karina Contreras Galindo sus primeras satisfacciones masivas. Si bien ya ha publicado un par de discos junto a su hermano, el guitarrista clásico Javier Contreras, y subido a escenarios locales, tanto como solista o como parte del colectivo Sexteto Sur, el triunfo que la compositora obtuvo en la última edición del Festival Folclórico en la Patagonia bien podría ser su primer gran éxito masivo, ante un público que quizás en su mayoría no conocía de su talento y hermosa voz.

“Tierra mía” se tituló el tema que le hizo acreedora del Ñandú y que ejecutó durante las noches festivaleras con su piano, acompañada de su padre Manuel y con la percusión de Christian Mansilla.

El tema tuvo una gestación de casi 5 meses, en los que pasó por distintos formatos, hasta quedar convertido en una combinación de estilos diversos, con una base de chacarera, y con elementos de la música clásica y el jazz.

“Primero pensé en presentarlo sola, piano y voz. Después hice arreglos para guitarra, más escalas y rapiditos, pero no pude contar con un guitarrista. Después integré a mi papá, hice otros arreglos. De ahí pensé sólo en voces. Finalmente decidí hacerlo a dos voces, tocar piano y una percusión, que originalmente fue cajón peruano, que era más dinámico y le da otro timbre”, explicó Karina Contreras.

Una vez que la música la dejó conforme, fue puliendo la letra, proceso que definió como más complicado, ya que por la forma que tomó la canción, no podía ser romántico, “tampoco algo muy superficial. Tenía que ser más profundo, un mensaje que a mí me llegara y sea parte de mi ideología, que fue lo que más me costó”.

Así, nacieron hermosos versos, que le dieron un valor agregado a la canción. Aquí algunos ejemplos:

“Es que he sentido que otras mentes / matan al hombre y su raíz / progreso que avanza y olvida / el canto y la poesía / de una nación.

“Me vestiré con la elegancia / que la raíz me ha de enseñar / y marcharemos por el mundo / porque somos una tierra / una y no más.

“Guarda la riqueza y poesía el mar / aún en un mundo sin piedad / mi tierra es el color que da la vida / por esa razón es que yo sigo acá / a fuego de este corazón / y cuidaré este hogar / la tierra mía.

“Desde el silencio me presento / eterna semilla sin su flor / es tiempo de salir al mundo / somos hijos de un futuro natural”.

Todo este trabajo viene de una exigencia que ella misma se puso como meta y también por los años de estudio en la Universidad de Chile.

Karina Contreras manifiesta un respeto por el arte y el público: “No quería una canción de puros collage y cosas de moda, si no que apuntara a uno solo, pero que abarcara otros conflictos, que no están de moda, como la cultura, que se está perdiendo cada vez más y se le mira como el disfrute del aplauso, baile y quién se disfraza mejor; y no se ve la parte técnica y el estudio. Entonces, ¿para qué mandamos a los niños al conservatorio si después presentamos un tema de tres acordes o una letra sin poesía, que son palabras, ni mensaje, que es lo más triste? Se subestima a la gente, sin ningún tipo de respeto”, criticó.