Fernández habla de sus herederas

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“Mis hijas son todo papá”, no se cansa de remarcar un orgulloso Secundino Nicolás Fernández Gómez (64 años) cuando uno le pregunta por sus herederas: Karina, Ximena y Geraldine Fernández Wainnright.

Flia Fernández copia

Se profesan un amor incondicional que es mutuo y que se expresó con mayor fuerza hace sólo una semana, cuando Secundino Fernández, conocido empresario local, estuvo a punto de perder la vida al caer su camioneta al río Grande, en isla Riesco.

“Me vi muerto bajo el agua”, fue parte de su relato y destaca que, apenas se enteraron, sus tres hijas Karina, Ximena y Geraldine quisieron saber qué había pasado, tranquilizándose cuando constataron que su querido “papi” estaba bien.

“Cada una expresó su preocupación de diferente manera”, comenta, haciendo notar que Geraldine, por ejemplo, estaba en Santiago rumbo a Perú y sólo quería devolverse a Punta Arenas. “No paraba de llorar… Si no hubiera estado su madre con ella para contenerla, de seguro que habría abortado el viaje y estaría acá conmigo”, señala.

“A Karina la llamó Pepe (su esposo), que iba conmigo en la camioneta, pero, antes de preguntarle a él cómo estaba, le pidió: ‘¡Dame con mi papá!’ Al saber que estaba bien, se tranquilizó y cortó el teléfono. Sólo después volvió a llamar para preguntarle a Pepe cómo estaba él. Es que el lazo que tenemos los dos es muy fuerte”, indica Secundino para remarcar cuán importante es él para sus hijas y cuánto lo son ellas para él. Pasado el susto inicial, Ximena también se contactó con él de inmediato y, luego, volvió a llamarlo por la noche, cuando ya estaba él más relajado y se sabía que, salvo las pérdidas materiales, tanto su padre como José Roehrs estaban bien.

“¿Alguna vez lamenté no haber tenido un hijo varón? ¡Nunca! Ellas han sido mis compañeras y mis aliadas incondicionales”, resalta Fernández.

Herederas de un aventurero

Un aventurero. Esa es la mejor palabra para definir a Secundino, quien también añade rápidamente su condición de motociclista, piloto civil de aviación y hasta “ingeniero”. “He hecho todas las cosas con mi ingenio y mis manos, a pulso”, agrega.

“Yo no fui a la universidad. Estudié en el Liceo San José hasta sexto de humanidades y no seguí mis estudios porque sólo quería manejar un bus. Tener este negocio fue la herencia de mi padre, Secundino Fernández Malebrán. En la empresa empecé como cartero”, recuerda.

El propietario de Buses Fernández, de un hotel, agencia de turismo y estancias, entre otros negocios, quiso traspasar ese amor por la Patagonia, la naturaleza y los viajes a sus hijas, con quienes tiene fotografías en los más agrestes y hermosos parajes de Magallanes y también de otras zonas de Chile y del mundo, como en Alaska.

Se casó un 30 de noviembre de 1974 con Elizabeth Wainnright Ayala y su vehículo de bodas fue, nada más y nada menos, que el bus de la empresa. Recuerda que partió con la compañía en 1971 con ese bus, haciendo el trayecto Punta Arenas-Puerto Natales-Punta Arenas dos veces por semana. Luego, la flota se ampliaría y hoy tiene como 40 máquinas.

Dueño además del Hotel Eberhard, también se dedica a la ganadería, con unas trece estancias bajo su dominio, y también al rubro del agroturismo. Así, comenta que intencionó el estudio de sus hijas, para que cada una de ellas pudiera involucrarse en alguna de las líneas de sus negocios. Geraldine, amante de los animales y el campo, no podía dedicarse a algo diferente sino que a la ganadería; Ximena se encarga de la parte administrativa de Buses Fernández; en tanto que Karina maneja lo relativo al hotel y a la agencia de viajes. A continuación, el propio Secundino quiere destacar a cada una de sus hijas, a las que agradece ser “muy dedicadas y defensoras de su papá”:

 

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KARINA LORENA FERNÁNDEZ WAINNRIGHT
NACIDA EL 11 DE FEBRERO DE 1976
INGENIERO COMERCIAL
CASADA CON JOSÉ ROEHRS FERNÁNDEZ DOS HIJOS

 

“Ella es introvertida. Pero, muy cariñosa. Tenía sólo 19 días, cuando ya viajaba conmigo y la llevé a El Calafate. “Siempre ha tenido claras sus prioridades y ha querido involucrarse en los negocios.

“Cuando se ha planteado vender Buses Fernández, ella es la que más se opone, porque entiende que es un negocio de la familia, fruto del esfuerzo de su abuelo, su padre y de ellas mismas. “Karina es la más parecida a su papá. Es la que demuestra mayor interés por los negocios y tiene un espíritu más comercial. Maneja prácticamente sola la agencia de viajes”.

 

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XIMENA ANDREA FERNÁNEZ WAINNRIGHT
NACIDA EL 1 DE ABRIL DE 1978
CONTADOR AUDITOR
CASADA CON GASTÓN GARRONE HARAMBOUR
DOS HIJOS

 

“Ella es la más parecida a su madre, sobre todo físicamente. “Tiene la cualidad de mujer de ser centrada y tener bien definidas sus prioridades que, en este momento, son sus hijos, su familia. El resto para ella es secundario, si bien no deja de cumplir sus obligaciones.

“A veces, me da la impresión que me ayuda en el trabajo como una forma de hacerme sentir que está conmigo, para dejar al papi tranquilo. Yo me doy cuenta de ello y agradezco que quiera estar presente, sabiendo que, quizás, le gustaría estar más preocupada de su hogar, de su gente.

“Ella es tranquila, acepta muy bien los comentarios, las críticas cuando he tenido que hacerlas. Trata a todas las personas de forma muy respetuosa y nunca ha tenido ningún problema con ningún empleado.

“Ha sido luchadora, muy luchadora.

“También tengo muchas anécdotas con ella. Una vez la invité a ir a las turberas y, como había una isla al frente, le dije que fuéramos a allá con una lancha. La crucé primero a ella, a su esposo, a los dos hijos de éste y a Elizabeth. Pero, al regresar por las otras personas, bajó una niebla tan fuerte que la isla se me perdió. No pude regresar y ella tuvo que pasar toda la noche en la isla. Gracias a Dios que al otro día pudimos ir a buscarlos”.

 

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GERALDINE VALESKA FERNÁNDEZ WAINNRIGHT
NACIDA EL 9 DE OCTUBRE DE 1984
INGENIERO AGRÓNOMO
SOLTERA

“Es mi compañera, mi partner de aventuras, quizás más ahora porque sigue soltera, mientras las otras dos ya se casaron y están más dedicadas a sus hijos.

“Ella también estuvo enferma de cáncer y, cuando lo supo, me dijo: ‘Papi, yo me voy a sanar’. Tiene una gran fuerza de espíritu, es una luchadora. Es una mujer de esas que le gusta ganarle a la vida y hacer muchas cosas. “Ama el campo y los animales, pero, después que se enfermó y sufrimos mucho porque pensábamos que se podía morir, ella se repuso y se volvió más amante de la gente y los animalitos. Antes me acompañaba de casería, ahora no quiere que ningún animalito sufra, que nadie mire feo ni al perro.

“Con su delicadeza, ella también se las ingenia para mandar a los viejos del campo y le encanta, por ejemplo, hacer de guía turística para los extranjeros y turistas en la Estancia Fitz Roy, y le pone más color a algunas de las historias de cuenta de la familia y del lugar.

“Hace dos años, estuvimos desde abril hasta julio muertos de frío y cubiertos de barro entregando ganado. Hablando con un cliente, surgió la idea de ir a conocer a los osos a…¡Alaska!. Llamé a Karina y le pedí que averiguara cómo llegar. En diez días, estábamos a bordo de un crucero allá. “Al año siguiente (2012), hicimos los dos un viaje de Punta Arenas a Brasil, cada uno con su moto. Recorrimos 12 mil kilómetros”.