Hella Roehrs, estanciera, madre, esposa y emprendedora magallánica

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“Me siento feliz y orgullosa de todo lo que hemos logrado como familia”

La matriarca de una tradicional familia de estancieros, y hoy empresaria turística, abrió las puertas de su vida para hablar sobre los sacrificios que, como clan, debieron enfrentar para desarrollar su emprendimiento.

En la comuna de Torres del Payne, en medio de un sobrecogedor paisaje, se encuentra el Hotel Posada Tres Pasos, perteneciente a la familia Álvarez Roehrs, estanciera de tradición a la que hace doce años se le presentó el desafío de rescatar la histórica posada ubicada a un costado de su estancia.

Quien tomó las riendas del asunto y asumió la tarea como un desafío personal fue Hella Roehrs, mostrándose decidida a rescatar aquel patrimonio existente desde inicios de 1900, vertiendo en ello mucho esfuerzo, trabajo y sacrificios como mujer, madre y esposa.

El trabajo fue complejo al inicio. “Siempre estuvimos en el rubro ganadería, fue todo un cambio para  nuestro núcleo familiar”, explica. Alude, especialmente, al hecho de tener que alejarse de sus hijas de la noche a la mañana para dedicar todo su tiempo a este proyecto.

“Yo siempre estaba en mi casa, con mis hijas y, de pronto, tuve que empezar a dejarlas. La mayor parte de mi tiempo y dedicación eran para el hotel”, relata.

Fue complejo tanto para ella como para sus dos pequeñas -Macarena y Bárbara-, quienes también sintieron la falta. “Estábamos muy acostumbradas a estar con ella en la casa y, de pronto, todo pasó a ser para el hotel, el tiempo, la dedicación”, explica Macarena.

Sin embargo, a poco andar y sin proponérselo, su esposo, Mauricio Álvarez, y sus hijas se convirtieron en un apoyo invaluable para ella en pos de sacar adelante esta iniciativa.

“La familia fue fundamental… Mi marido fue el mejor compañero que pude tener especialmente en lo social. Mis hijas hoy día me apoyan en todo en el hotel, incluso a garzonear, y ellas hacen las cabalgatas. Tuve mucha ayuda, también, de mi hermana Marcela; ella fue un gran apoyo para poder guiarme”, explica orgullosa.

La dedicación de Hella y su familia convirtió al Hotel Tres Pasos en un paradero privilegiado para los turistas que buscan conectarse con la naturaleza y la tranquilidad. A medio camino entre el turismo histórico y agrario, los visitantes tienen la posibilidad de conocer algunas actividades propias de la producción ganadera -esquilas, cosechas- y conocer el origen de este histórico lugar de paso.

El último proyecto emprendido por Hella, hace tres años, fue la instalación de una cafetería en el sector de Cerro Castillo, que opera en conjunto con el hotel, sólo en los meses de temporada alta.

“Me siento grande, alta, feliz y orgullosa de todo lo que hemos logrado como familia, porque no fue fácil, no fue fácil”, recalca a modo de conclusión de lo que ha sido su “dichosa” vida personal y familiar.

“Entre la estancia y el hotel, con mi marido teníamos que compartirnos y estar constantemente en un lado y otro. Fue un trabajo difícil”.

Las hijas de Hella, Macarena y Bárbara, son las encargadas de guiar a los turistas por el entorno del hotel, recorriendo a caballo la Laguna Figueroa, el sector Chorrillo Picana y el Cerro Tres Pasos.