Mujeres de Puerto Edén: Patricia del Rosario Negüe

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Amantes del mar, de las costumbres ancestrales, la naturaleza y de las cosas simples, seis mujeres abrieron sus puertas a Fem Patagonia para hablar sobre qué significa vivir en esa apartada, pero no menos bella, localidad.

 

Patricia es pescadora artesanal. Deisy trabaja en una empresa naviera. Cecilia está encargada de la biblioteca. María es mariscadora y ahuma cholgas. Paula es manipuladora de alimentos en la escuelita y el jardín infantil. Isabel es dirigente vecinal y artesana.

Son seis mujeres, seis historias diferentes, pero algo en común: todas viven en Puerto Edén, aquella remota localidad, ubicada en un punto recóndito del desmembrado territorio patagónico.

Otrora hogar de los canoeros kawésqar, este apasible puerto recibe a Fem Patagonia y estas mujeres, valorosas y asombrosas, abrieron las puertas de sus hogares para compartir sus experiencias y sueños.

 

Mujeres de Puerto Edén

Patricia del Rosario Negüe Vera es gran amante del mar. Aprecia la cantidad de productos frescos que uno puede sacar de él y la tranquilidad del pueblo.

“Puerto Edén nos da todo lo que necesitamos. No es necesario ser malagradecida”, dice Patricia. “En la ciudad, gastas todos los días”, acota.

Cuando alguien se enferma, tiene lindos recuerdos del apoyo de los vecinos, amistades o la familia. Hacen turno para cuidar a las personas, tomando mate en la posta rural y acompañando lo que más pueden.

Patricia es una mujer con harto conocimiento y experiencia, tiene tres carnés: pescadora artesanal, asistente de buzo y radio operadora. Fuera de las actividades regulares que se hacen en Puerto Edén como mariscar, pescar, y ahumar pescado, Patricia hace artesanías. Trabaja con varios materiales, incluyendo junquillo, madera y lana obtenidas de la zona.

Patricia es muy hábil en la cocina y con gran corazón atiende las visitas que llegan a Puerto Edén. Ella comparte con cariño lo bonito y lo único de este pequeño pueblo.