El renacer del Cerro de la Cruz
Conocido por su famoso mirador, el barrio Cerro de la Cruz es un punto indiscutible a visitar cuando se está de paseo por Punta Arenas, pues en él confluyen patrimonio, historia, sueños y nuevos anhelos.
Su mirador es un hito de especial importancia porque desde él se aprecia gran parte de la ciudad y el imponente estrecho de Magallanes y, cuando está despejado, la isla de Tierra del Fuego.
Ubicado en el corazón de Punta Arenas, no puede haber turista que no suba por sus largas escalinatas desde calle Fagnano para admirar la ciudad, desde donde se obtienen fotografías hermosas gracias a los techos multicolores tan característicos. Toda la extensión del estrecho de Magallanes y hasta el monte Sarmiento, cuando no hay nubes que opaquen la panorámica, quedan expuestos al ojo del visitante.
Antes, era conocido como Cerro de las Siembras y su nombre actual está relacionado con una cruz de madera que trajo a la zona, en 1881, el presbítero Rafael Eyzaguirre. Eran tiempos turbulentos y recién se había desatado el Motín de los Artilleros, por lo que el prelado quiso pacificar los ánimos con una misión de paz, de la cual la figura religiosa es un hoy un mudo testigo.
Dicha cruz, bendecida por el párroco Maggiorino Borgatello, está enclava en uno de los cerros y desde allí extiende su manto a toda la ciudad.
Entre sus calles, se puede apreciar la arquitectura de fines del siglo XIX, tan cargada de la influencia europea. Es un sector residencial por excelencia y, entre algunos sitios imperdibles, se puede ir a la calle Señoret donde está la mansión de la familia Dick, que ocupaba una manzana completa.
El barrio colinda con la Avenida Colón y sus añosos árboles, en uno de cuyos altos está el Mirador de los Soñadores.
Pero hoy, Cerro de la Cruz también está viviendo una transformación. Nuevas generaciones han llegado para poner un toque de color y dar vida a nuevos emprendimientos, como hoteles, salones de té, mueblerías, salones de belleza y locales de comida rápida, los que conviven con los viejos almacenes.
¡El Cerro de la Cruz es un imperdible!.