La voz de Gabriela Mistral a través de sus discursos

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Por Loreto Jorquera A.

Gabriela Mistral – La Palabra Elemental reúne diez discursos de la escritora nobel, ordenados cronológicamente desde 1918 hasta 1955, los que fueron redactados en distintos lugares del país y del extranjero. 

Se incluye en esta obra el texto escrito por la poeta con motivo del Premio Nobel que le fuera otorgado en 1945.

A lo largo del libro se abordan diversas temáticas de interés para la escritora, como la educación, materia a la cual recurre de varias formas, la libertad, la espiritualidad, los derechos humanos, entre otros.

El primer discurso con que se inicia esta recopilación fue proferido en la ciudad de Punta Arenas, en 1918 y se refiere justamente a la educación, pero no lo hace desde la perspectiva de los números, sino desde el sentimiento que a ella le provoca la necesidad de promover la educación popular, principalmente para las mujeres. Gabriela Mistral señala en él, que la escuela es la “negación de las castas” y defiende el derecho y la necesidad de la mujer a educarse, destacando que no le hará ningún mal, sino que contribuirá a que ella aprenda, cada vez más, a ser mujer.

 

“Gabriela Mistral –
La Palabra Elemental” de la editorial LETRarte, reúne 10 discursos públicos escritos por Gabriela Mistral (Selección, notas y presentación de Benjamín León y Claudia Reyes García).

 

Toda la obra acá expuesta nos muestra el deseo de la poeta de que exista mayor justicia social en Chile, manifestando admiración por los países más avanzados en esta materia.

Otro aspecto que se aprecia es el carácter espiritual y humanista que tienen sus alocuciones. En ellas destacan la importancia del autoconocimiento y de trabajar por ser cada día una mejor persona. 

En su segundo discurso declara que “el fin de la vida entera no es otro que el desarrollo del espíritu humano hasta su última maravillosa posibilidad” dando valor al alma. Expresa la existencia de un cuerpo etéreo y de un cuerpo material y hace posteriormente, en otra de sus prosas, una comparación entre la integración que debe existir entre el cuerpo y el alma, así como entre Estado y Universidad a fin de vivir la unidad de la cultura en una nación.

Dedica también un discurso a la descripción de Chile, en una intervención que realiza en Málaga, España. Allí hace una reseña de nuestro territorio en tamaño y forma, mencionando las diferentes guerras que el país enfrentó en el pasado, a raíz de las cuales queda conformado territorialmente como lo conocemos en la actualidad. Menciona además sus regiones y destaca de sí misma su característica regionalista, dado su origen elquino y campesino.

En la alocución realizada en Uruguay en 1933, comenta la particular forma que tiene de escribir sus poemas. Habla de su preferencia por escribir de mañana y de noche, puesto que las tardes nunca han sido para ella productivas; da a conocer su necesidad de escribir en un espacio abierto, apreciando la naturaleza y su particular escritorio con el que viaja cada vez que debe trasladarse de territorio. Devela además su amistad con Juana de Ibarbourou y Alfonsina Storni e ilustra la forma que tienen de ver el mundo los poetas, desde su punto de vista.

Son referidos igualmente temas como la democracia y la libertad, dejando ver la interrelación que existe entre ambas. Expresa abiertamente la importancia de éstas en la cultura. Habla de la paz, la justicia social y los derechos humanos como algo fundamental para la sociedad y el desarrollo de los pueblos.

Este libro resulta primordial para todos quienes han conocido a Gabriela Mistral solo a través de su obra poética, puesto que con su lectura podrán descubrir una mujer involucrada con los grandes problemas de Chile, que posee una postura política fuerte, que, sin ser militante de ningún partido, deja de manifiesto su lucha frente a los temas más elementales para la sociedad para la dignidad de las personas, siendo este el tema que atraviesa toda la obra.