Leptospirosis: una enfermedad subdiagnosticada que pueden transmitir perros y gatos

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A pesar de ser potencialmente letal sin tratamiento, la incidencia de esta enfermedad en humanos es poco conocida en nuestro país.

 

Tal como sería el caso del covid-19, cerca del 60% de las enfermedades infecciosas que afectan a humanos, y el 75% de las que son nuevas o emergentes, son de origen animal. Una de las enfermedades zoonóticas más extendidas en el mundo es la leptospirosis, que en Chile es de notificación obligatoria en medicina humana desde 2002.

 

Es causada por bacterias que se encuentran principalmente en la orina de roedores infectados, y tanto humanos como diversos animales silvestres y domésticos son susceptibles a ella. En Chile, si bien la infección está ampliamente difundida en animales, principalmente ratones, la incidencia en humanos es poco conocida.

“La leptospirosis tiene una epidemiología muy compleja, porque hay hospedadores portadores que mantienen la bacteria en sus riñones y la eliminan por la orina hacia el ambiente, donde sobrevive principalmente en ambientes húmedos y cálidos”, dice la Dra. Lucía Azócar, investigadora y académica de Medicina Veterinaria de la Universidad San Sebastián en Puerto Montt.

 

Es por ello que los casos conocidos y brotes se dan mayormente entre enero y abril, en la zona centro y sur del país, por exposición recreacional durante el verano al acampar o nadar en aguas contaminadas, o bien por exposición laboral, como es el caso de médicos veterinarios y personas que trabajan con ganado bovino.

 

Leptospirosis en animales domésticos

Los perros y gatos domésticos pueden infectarse al tener contacto directo con roedores o ambientes contaminados -por ejemplo al beber de charcos-, pudiendo desarrollar síntomas o no, y contagiar a sus dueños a través del contacto con la orina de la mascota en cajas de arena o el patio de las casas. Recientemente, el rumor de posibles casos de leptospirosis en perros llevó al cierre de un parque en Nueva York, a pocos meses de un brote ocurrido en octubre pasado, atribuido a la gran y creciente población de ratas en la ciudad.

 

“El humano siempre va a ser hospedador incidental y lo más probable es que desarrolle la enfermedad, la cual produce alteraciones hepáticas y renales principalmente, con disfunción de riñón e hígado, ictericia y fiebre”, señala Lucía Azócar. Sin tratamiento la leptospirosis puede ser mortal, sin embargo, dado que los síntomas son similares a los del Hanta, influenza y otras enfermedades que producen fiebre, en nuestro país está altamente subdiagnosticada en humanos.

 

Un estudio liderado por la Dra. Azócar en las regiones de Los Ríos y Los Lagos encontró una prevalencia del 10-12% en perros y gatos, o sea que 10 de 100 habían estado expuestos a la bacteria, con el potencial de transmitirla a humanos. La prevalencia fue similar en perros rurales y urbanos, pero en el caso de los gatos rurales se eleva a cerca de un 25%.

 

Otro estudio realizado en perros mostró positividad de la bacteria tanto en la primera muestra como en una segunda que fue tomada seis meses después, es decir, la infección se mantiene latente en el tiempo.

 

¿Cómo prevenir la leptospirosis?

Pese a la alta prevalencia, se trata de una enfermedad poco estudiada en Chile. Para evitar contraerla, especialmente en los meses cálidos, la Dra. Azócar recomienda tener siempre precaución de nadar o practicar deportes acuáticos en aguas de zonas rurales. Asimismo, “evitar el contacto con la orina de perros y gatos manteniendo buena higiene de los patios de las casas y de la caja de arena, control veterinario, y en general una tenencia responsable de las mascotas”.

 

También es importante vacunar a los perros -si bien la vacuna protege únicamente contra 2 de las 200 variedades de la bacteria-, y mantenerlos alejados de pozas, charcos o ambientes que puedan contener orina de ratón. Para los gatos no existen vacunas, siendo un riesgo de salud pública sobre todo en zonas rurales del sur de Chile que requiere mayor concienciación e implementación de medidas preventivas.