Lidia González Calderón y su rol como vicepresidenta de la Convención Constitucional “Ahora me toca llevar al papel los anhelos de nuestra gente y consagrar en la nueva Constitución los derechos de libre determinación de nuestros pueblos”

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Lidia González Calderón nació en Puerto Montt y es descendiente del pueblo yagán. Es hija de Cristina Calderón, quien es la última hablante nativa de la lengua yagán.

Artesana, fue concejala de la municipalidad de Cabo de Hornos por dos períodos y también encargada de la Oficina de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi) en Puerto Williams.

Su connotación como representante de los intereses de su comunidad hizo que fuera casi natural que sus hijos y familiares le pidieran que asumiera el desafío de postularse para obtener el único cupo reservado asignado para su etnia en la Convención Constituyente. Así, Lidia fue electa con 49 de los 89 votos emitidos.

El 6 de enero de este año, la representante yagán asumió como vicepresidenta de la Convención, junto a Bárbara Sepúlveda, Amaya Alvez, Tomás Laibe y Natividad Llanquileo.

Tras tal elección, Fem Patagonia quiso conocer el sentir de Lidia Calderón y cuáles serán sus prioridades en la referida vicepresidencia:

“Llegar a la Convención desde Puerto Williams fue, quizás, un anticipo de lo que serían los primeros meses de trabajo: por cosas de tiempo y esperas, estuve casi tres días tratando de llegar, un anticipo de las primeras semanas de trabajo; sin lugares para sesionar, ni señal de wifi para conectarse, etc. La desidia de la administración actual se notó desde el principio en ese tipo de cosas. Pero los convencionales con deseos reales de cambiar la Constitución pusimos de nuestra parte y en jornadas maratónicas y extenuantes hemos logrado cumplir cada uno de los plazos impuestos.

 

 

“La desidia de la administración actual se notó desde el principio en ese tipo de cosas. Pero los convencionales con deseos reales de cambiar la Constitución pusimos de nuestra parte y en jornadas maratónicas y extenuantes hemos logrado cumplir cada uno de los plazos impuestos”  

 

 

“Con los escaños reservados también logramos instalar una comisión que se hiciera cargo de la Consulta Indígena y, pese a ciertas dificultades, hemos avanzado para llevarla a cabo”.

Lidia Calderón señala que, desde que fue ratificada por sus comunidades como su representante, ha trabajado con ellos por lograr materias indispensables para todos: consagrar los derechos lingüísticos para los pueblos originarios, recuperar su derecho a navegar los mares australes y bregar por una educación con pertinencia cultural.

“No ha sido fácil estar alejada de mi comunidad por tanto tiempo. Si bien viajo todos los meses a las semanas territoriales, la agenda de actividades es intensa, pese a ello, logro compartir con mis nietos, quienes curiosean cada vez que entro a una sesión por Zoom. Recuerdo con especial cariño cuando la ex presidenta Elisa Loncón visitó Navarino y conversamos con ella junto a mi madre, Cristina Calderón”, refirió.

Para Lidia, fueron muy enriquecedoras las sesiones que realizaron en el Bío Bío, en donde pudieron asistir a cabildos ciudadanos. Claro que en ese oportunidad vivieron en carne propia una de las amenazas con las que la Convención ha tenido que lidiar: las noticias falsas, en ese caso una supuesta fiesta en un hotel, que fue desmentida por todo el mundo menos por el medio que la publicó.

“En ese panorama hemos trabajado. Un estado de ánimo que recuperó la confianza tras la victoria del candidato presidencial Gabriel Boric, quien visitó el ex- Congreso para comprometerse con nuestro trabajo. Igual cosa con la elección de la nueva mesa directiva encabezada por María Elisa Quinteros y Gaspar Domínguez”, remarcó.

Vicepresidencia

Sobre su cargo como vicepresidenta, Lidia hizo ver: 

“Ahora me toca asumir una vicepresidencia adjunta, ser parte de la mesa ampliada y participar de la toma de decisiones de la etapa más visible de la Convención: llevar al papel los anhelos de nuestros pueblos. Como dije en el discurso al asumir el cargo, a mi no me mueven ambiciones políticas, lo que yo quiero es terminar el trabajo, consagrar los derechos de libre determinación de nuestros pueblos, y devolverme a mi isla a vivir con mi comunidad y familia. Ojala con la satisfacción de haber dado lo mejor de mí por representarlos”.