Presidenta de la Agrupación Patagonia Inclusiva y gente con discapacidad: “Somos los más olvidados de los olvidados”

0 Comments

Maritza Elgueta planteó que el Estado de Chile mantiene una deuda con las personas que tienen capacidades diferentes y sus familias. Por ello, están reclamando que haya un reconocimiento constitucional.

 

Elia Simeone R. / revista@fempatagonia.cl

“Somos los más olvidados de los olvidados”, así lo plantea Maritza Elgueta, presidenta de la Agrupación Patagonia Inclusiva, una de las 30 organizaciones que el martes recién pasado salieron a las calles de Punta Arenas a demandar sus derechos, en el marco del Día Internacional de las Personas con Discapacidad.

Se trató de un acto artístico-cultural hermoso, lleno de color, talento y legítimas demandas que son esenciales para que Chile sea un país más justo e inclusivo.

“Fue un día bello, el clima nos acompañó y logramos crear una pauta de actividades potente. La sensación de las personas que participaron fue especial, porque se sintieron escuchadas, visibilizadas. Todos quedamos satisfechos, porque fue una marcha pacífica, alegre y -como decía La Prensa Austral- un acto artístico-cultural. Aportamos mucho a la sociedad. La gente con discapacidad es optimista, porque le ha costado mucho salir adelante, sabe lo que es el sufrimiento y valora más las cosas. La marcha fue exitosa”, remarca Maritza Elgueta.

Esta joven mujer sabe de todo aquello. Orgullosa madre de Paloma, una niña con Síndrome de Down. Ella ha luchado, junto a otros padres de personas con tal condición, por una Patagonia más inclusiva.

La convocatoria de la marcha del martes 3 de diciembre tuvo gran respuesta. Cientos de personas salieron a las calles céntricas de Punta Arenas a levantar la voz por su causa, uniéndose a un movimiento que tuvo eco en todo el país.

Constitución

Así, en todas las ciudades chilenas se escuchó la misma demanda: el Estado de Chile debe reconocer constitucionalmente a la gente con discapacidad, pues está obligado a realizar acciones positivas que permitan la inclusión de este segmento poblacional tan relevante.

“No estamos en la Constitución. Chile y Haití son los únicos países en que la gente con discapacidad no está incluida en este cuerpo fundamental. Si no aparecemos, no existimos. Como decimos coloquialmente, no nos van a pescar. La Constitución es la columna vertebral y el gobierno tiene una deuda con nosotros”, señala.

 

“La sensación de que las personas que participaron fue especial, porque se sintieron escuchadas, visibilizadas. Todos quedamos satisfechos, porque fue una marcha pacífica, alegre y-como decía La Prensa Austral- un acto artístico-cultural. Aportamos muchos a la sociedad”

 

 

Maritza Elgueta recuerda que el 13 de diciembre de 2006 la asamblea general de Naciones Unidas aprobó la Convención Internacional de Derechos de las Personas con Discapacidad, tratado que fue ratificado por Chile en 2008.

“Ese año, en la reunión internacional de los derechos de las personas con discapacidad, Chile ratificó este pacto, pero los principios y derechos establecidos en él no han sido incorporados a la Constitución. Ahora, por ejemplo, se está hablando de una serie de medidas a favor de los adultos mayores, pero a la gente con discapacidad nadie la nombra, siendo que son los más vulnerables”, plantea.

Agrega como ejemplo que las personas ciegas también tienen derecho a que se les libere el pasaje del transporte público mayor y que este beneficio se haga extensivo a quien los acompaña en este trayecto. Lo mismo se tiene que aplicar –reclama- a quienes están diagnosticados con Síndrome de Down y las personas con espectro autista, entre otros casos.

“Somos los más olvidados de los olvidados”, hace ver.

Añade que, a raíz de las demandas sociales, ellos valoran que hay intención de enmendar muchas injusticias, pero que no se ha incorporado en estos trabajos a la gente con discapacidad. “Nosotros estamos hablando, incluso, de crear un ministerio de la Discapacidad, donde se incorpore a nuestra gente y se acuerden políticas públicas a nuestro favor”, señala.

Entre muchas necesidades, está el que las ciudades sean amables con la gente discapacitada, que los lugares públicos tengan en sus accesos rampas permanentes, no algunas planchas inseguras como las que hoy día se colocan como medida paliativa en varios edificios estatales, incluida la intendencia, observa Maritza Elgueta. “Necesitamos que las ciudades garanticen la accesibilidad universal”, indica.

“Somos sujetos de derechos. Queremos más dignidad y menos caridad”, reclama y apunta que en Chile se acostumbra que la atención que requiere la gente con discapacidad quede en manos de campañas solidarias, donde se presenta la fragilidad de las personas y se abusa de explotar el sentimiento de pena para que la gente suelte algunas monedas. “El tratamiento que se da es lastimero”, acota.

Dijo que, en el caso de Magallanes, agradecen la existencia del Centro de Rehabilitación que mantiene el Club de Leones Cruz del Sur de Punta Arenas, pero que es el Estado el que tiene que hacerse cargo de este segmento poblacional, primero dándoles un reconocimiento constitucional y, luego, generando políticas públicas y acciones concretas que garanticen un buen servicio de salud, educación, desarrollo integral e inclusión efectiva.

Maritza Elgueta recuerda que la marcha del martes pasado congregó a 700 personas y que hubo muchos colegios que no pudieron unirse. “Terminamos interpretando la canción “El derecho de vivir en paz”, que es muy atingente a lo que pedimos.

Manuel Cisterna (presidente del Consejo de la Sociedad Civil de Senadis y secretario de la Agrupación Creciendo por un Sueño) nos pidió que nos tomáramos de las manos y que nos abrazáramos. Fue precioso. Mucha gente terminó llorando porque sentimos que nos habíamos visibilizado”, concluye.