Trabajadoras de estancia aprenden los secretos de la “pastelería saludable”

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Alcaldesa Tatiana Vásquez destacó el entusiasmo de las alumnas y el compromiso y calidad de las clases impartidas por el centro Educap

 

 

Pedro Paillán (63) cambió por un rato el instinto de dorar la chuleta de capón a fuego lento por la paciencia de derretir aceite de coco a baño maría y dejarse llevar por la precisión de la “pastelería saludable”. Y es que la cocina dulce funciona como reloj, “cada ingrediente hay que pesarlo, ni un poco más, ni un poco menos, nada queda al azar… se trata de una práctica que requiere paciencia”, advierte al inicio de la clase Susana Rodríguez, profesora de pastelería de Educap.

 

La atención es total. También la dulce tentación que hipnotiza con aromas y sabores a medida que avanza el curso.  Embelesadas siguen cada detalle: 14 mujeres, la mayoría trabajadoras de estancia y Pedro, con más de treinta años cocinando a puesteros y campañistas.

“Chuleta, pan amasado, cuatro comidas al día son parte de la dieta que necesita el hombre de campo, pero estamos tratando de comer más sano, así que agradezco la oportunidad que da el municipio de aprender, ahora a mis compañeros los voy a sorprender con nuevas recetas”, cuenta orgulloso Pedro y sus pequeños ojos saltan de entusiasmo a medida que el chocolate avanza por los espacios del molde.

En tanto, María Carimán (62), de estancia María, ve en el curso una oportunidad de innovación y de conocerse con otras mujeres de la comuna.  “Muy feliz porque estoy conociendo a otras mujeres como yo que trabajan en otras estancias y por tiempo y distancia no sabía de ellas. Ahora en lo práctico, me gustaría preparar productos para personas diabéticas, y colocarlos a su alcance, los costos son altos y no siempre se puede”.

Por definición no existe la pastelería 100% saludable -aclara Rodríguez-, pero sí la posibilidad de utilizar ingredientes alternativos. Usar, por ejemplo, harina por avena molida o harina de arroz o integral, incluso endulzar con plátano o miel.

“Son varias las alternativas, Lo importante es conocer los productos que utilizamos a partir de las limitaciones que cada uno tenga de salud”, explica la profesora de Educap.

El desfile de brownie, macarrones, turrones, bombones y chocolates hipnotiza a los estudiantes que aprenden haciendo y también probando. “Es un curso completo. Yo quiero aplicarlo en los turistas que lleguen a las estancias.  Es una forma de abrir la oferta”, dice Isabel Cea (37), de estancia Fitz Roy, en Isla Riesco.

El curso duró todo un día y se inserta en la política de capacitación permanente que tiene la Municipalidad de Río Verde.  “Queremos apoyar a los habitantes de nuestra comuna, entregándoles herramientas que les permitan mejorar su calidad de vida, pero también dignificarlos”, explicó la alcaldesa Tatiana Vásquez.