Sobre Maternidades cuestionadas y paternidades dudosas a propósito del Día de la Madre
María Soledad de la Cerda E. / Autora de “Chile y los Hombres del TercerReich” y creadora del twitter @mujeresyciencia
Al revés de lo que suele ocurrir en la vida cotidiana, en que a muchos padres les cuesta reconocer su paternidad, sino media un examen de ADN y en varios casos una batalla judicial, en el ámbito de las ciencias hay hombres que no tienen obstáculos para hacerlo y se promueven como progenitores, aunque ello muchas veces vaya en detrimento de las verdaderas madres de inventos, creaciones y o descubrimientos que, especialmente en el pasado muchos de ellos se atribuyeron sin pudor.
Pero ahora que se aproxima el Día de la Madre es una buena oportunidad para que recordemos a tres de ellas que, a pesar de todos los obstáculos lograron imponerse y demostrar que ser madre es, sin duda, la aventura más maravillosa.
Ese es el caso de Emmy Noether (1882/1935), la madre de las matemáticas, cuya condición de mujer y de judía la relegó en el acceso a determinados puestos y cargos, sin embargo, su talento superior le permitió sobresalir llevando al mismo Einstein a reconocer que ella era la “genio creativa de las matemáticas”. La mirada y el trabajo de Emmy fueron fundamentales para el desarrollo del álgebra moderna y hoy un teorema lleva su nombre.
Marie-Anne Pierrette Paulze (1758/1836) es considerada la madre de la química moderna, más conocida como Marie Lavoisier, frecuentemente más mencionada como esposa del científico Antoine Lavoisier, a quien asistía en el laboratorio. Gracias a su dominio del inglés, latín y francés, Marie-Anne, realizó traducciones de varios trabajos sobre flogisto para que su esposo los leyera, fue una de sus traducciones la que lo llevó a la convicción de que estaba trabajando una hipótesis incorrecta, lo que a su vez lo orientó en sus estudios sobre la combustión y su descubrimiento del gas oxígeno. Tras su muerte ella continuó trabajando en el laboratorio y recopiló sus investigaciones, las que editó con el título de ‘Memorias de Química’, donde queda claro que algunos estudios eran propios y exclusivos de Marie-Anne.
Finalmente tenemos a Maria Salomea Skłodowska, conocida universalmente como Marie Curie (1867/1934), la madre de la física nuclear y quien descubrió dos elementos químicos –el polonio y el radio–, la misma que exploró el fenómeno de la radiactividad natural y fue la primera mujer ganadora de un Premio Nobel y la única en obtenerlo dos veces. Sin duda, una de las mentes más brillantes del mundo, pero no solamente eso, la mujer que a la trágica muerte de su esposo, el científico Pierre Curie, rechazó la pensión que le ofrecía el gobierno francés argumentando: “Soy joven todavía y capaz de ganar la vida para mí y para mis hijas”; demostró ser no solo una gran científica, sino también una gran madre.