Valentina Andrade, la pequeña gimnasta que se convirtió en campeona de Judo

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¿Qué es lo que prima en el Judo al momento de las definiciones del combate?, le preguntamos a Valentina. Ella responde sin dudarlo: “Técnica, fuerza y rapidez”.

 

Sale de clases y se va a entrenar. En vacaciones, lo hace dos veces al día. Es Valentina Andrade de 13 años. Estudia en el Colegio Charles Darwin.

Su historia es, por decir lo menos, asombrosa, a tal punto que esta pequeña gimnasta que integró el club Degipa tiene a sus ex profesores Pamela Altamirano y Camilo Saquel lamentando su partida, pero a la vez, alegres de ver cómo una de sus promesas abrazó la disciplina del Judo y tiene hoy un futuro promisorio en este deporte, a nivel nacional y panamericano.

“Al inicio de vacaciones del invierno de 2017, sentí que ya no me estaba yendo tan bien en la gimnasia y decidí buscar otros deportes. Como iba, por el trabajo de mi mamá, frecuentemente al Fiscal, conocí a una de las profesoras de Judo, Sandra Moreno. Un día fui a su clase y me gustó y comencé a acudir regularmente. A principios de septiembre de 2017, ya como integrante del club Yama Harashi, competí y quedé tercera. Después, a la tercera semana de unirme a esta agrupación, estaba participando en los Juegos Escolares, donde quedé segunda a nivel regional. Y después, en diciembre de 2017, fui a otra competencia donde quedé primera en mi categoría dentro de la región”.

Así describe Valentina su meteórica carrera de judoca, en la categoría de menos de 48 kilos, sub-15.

Al empezar el año 2018, esta muchacha viajó a Valdivia para participar en su primer campeonato del circuito nacional federado. “En ese quedé segunda”, informa como quien habla de algo trivial.

Después, acudió a Paihuano, Coquimbo, a otro nacional, obteniendo el tercer lugar. “Luego de eso, estuve lesionada, me fracturé. Vino el selectivo escolar regional 2018 y gané. Representé a Magallanes en los Juegos Escolares a nivel nacional y quedé tercera. Dos días después, participé en la final nacional federada, luego de haber quedado entre los diez primeros lugares del ranking de mi categoría. Allí salí segunda”, relata.

Tras este último logro deportivo y mientras las medallas se acumulaban, Valentina recibió a las dos semanas un correo donde se le comunicaba que estaba nominada al Panamericano y Sudamericano de Guayaquil, en Ecuador, en noviembre del año pasado.

“Fue emocionante, si bien el nivel era muy alto. Competí con yudocas de Estados Unidos, México y noté la mayor exigencia. En la competencia panamericana, quedé inmediatamente afuera, porque perdí y el sistema era de eliminatoria directa. En el Sudamericano, quedé con la opción del tercer lugar, pero no lo logré”, relata con entera sencillez.

Su padre, Israel Andrade, es profesor de Taekwondo y, con conocimiento de cómo son las artes marciales, declara que para él ha sido una sorpresa la forma en que Valentina ha podido escalar tan rápido en el Judo.

“Imagínese, ella era gimnasta, donde todo es armonía y destreza rítmica y ahora practica un deporte competitivo, donde prima la rapidez y el manejo de la fuerza”, nos comenta Israel.

La madre de Valentina, Ingrid Díaz, también es profesora de Educación Física, y ambos apoyan la carrera de su hija. Una de las claves ha sido el permitirle participar en la mayor cantidad de competencias, a fin de que gane roce y experiencia.

“Cuando llegó a instancias nacionales, ya había competido casi con todas las niñas y conocía a todas su rivales”, señala el padre.

Valentina ya piensa en la próxima competencia internacional, que se desarrollará en México.

¿Qué es lo que prima en el Judo, al momento de las definiciones del combate?, le preguntamos a Valentina. Ella responde sin dudarlo: “Técnica, fuerza y rapidez”. Su padre agrega: “La rapidez es fundamental a la hora de resolver una técnica y contraatacar”.

Valentina agrega que, cuando compite contra una judoca conocida, sabe lo que va a encontrar. Pero, cuando ha tenido que enfrentar a competidores de otros países, admite que entra con nervio. “Voy preparada para cualquier cosa que venga”, señala con determinación.

Su afición deportiva la tiene entrenando dos veces al día, pero, pese a ello, no descuida sus estudios. De hecho, en 2018 pasó con un 6,5 y, además, comenta que ha salido en portada de los diarios por participar en torneos de ajedrez, además de siempre recordar su glorioso pasado como gimnasta.