CANTANTE REGIONAL Naara Andariega y su lucha por la pureza artística y el feminismo

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La artista radicada en Buenos Aires entregó su visión sobre el desarrollo de la cultura que aprecia en la capital argentina y de los ejemplos que se deben tomar en Chile para avanzar en este aspecto.

Sólo con su guitarra y su voz, regresó a Punta Arenas la cantante regional Naara Andariega. Radicada en Buenos Aires desde que tenía 15 años, reconoció que hace unos tres no volvía a Magallanes. Aquí se reencontró con amigos y artistas que dejó cuando decidió progresar en su carrera y establecerse en la capital argentina, donde tuvo que aprender de todo. Con esa experiencia acumulada y las vivencias que ha tenido en tierras trasandinas, la artista entregó su visión sobre lo que se debe mejorar en la región y en Chile, tanto desde el punto de vista musical como social, puesto que es una ferviente feminista.

Igual nunca está lejos del todo. Tiene una hija viviendo en Coyhaique, por lo que siempre está en contacto con la Patagonia. Y aunque nota que el público regional ha mejorado, aún es muy distinto a lo que vive en Buenos Aires. “El espectro es mucho más amplio, el público argentino es mucho mejor y va a estar abierto. Además, como cultura nación, todo lo que son fondos estatales son mucho más fáciles de conseguir para poder seguir desarrollándote como músico; tiene más y mejor acceso a educación gratuita y de calidad, si quieres especializarte puedes hacerlo gratuitamente, entrar a la escuela de música, trabajar de músico, se puede vivir, no de la manera que a todos nos gustaría, pero hay mucho mayor acceso al bien cultural”, comparó.

“A trabajar siempre quiero venir, el tema es cómo, porque no quiero caer en la ‘Pitutocracia’, y aburre tener que hacer la gestión, el circo pobre. Pero la fantasía es hacer una residencia, por seis meses, hacer obras, un par de talleres de guitarra, canciones; pero mi casa está en Buenos Aires”.

Ahí asoma su primera crítica al modelo, que califica de “terrible” porque “el artista tiene que dedicarse al arte y el gestor cultural a la gestión cultural, no como sucede en Chile que la gestión cultural no se paga. Entonces presentas un proyecto y no tienes honorarios para el gestor cultural, que hace toda la producción en terreno y producción ejecutiva, y eso también te gasta energías, porque haces doble pega: además de estar haciendo tus canciones, seguir refinando tu arte, seguir estudiando y buscando inspiración, toda la parte hermosa y musical, tienes que pelear con un loco que te haga las cotizaciones, para conseguirme la transfer, de repente hasta para tener un par de cuerdas más para la guitarra; todo eso hay que pasarlo por papel, me parece absurdo”, lamentó Naara Andariega.

Por lo mismo, la opción de retornar la ve difícil. “A trabajar siempre quiero venir, el tema es cómo, porque no quiero caer en la ‘Pitutocracia’, y aburre tener que hacer la gestión, el circo pobre. Pero la fantasía es hacer una residencia, por seis meses, hacer obras, un par de talleres de guitarra, canciones; pero mi casa está en Buenos Aires”.

En el último tiempo, la cantante participó en un evento para la Televisión Pública para el Día de la Mujer. “Después lo último que hice fue participar en la producción de un disco para una cantante, un par de guitarras traspuestas que es en lo que me especializo, canciones campesinas; y hace un par de años estoy antologada como la única mujer patagónica en canto, que es una compilación que hizo BYM de La Plata con cantores del sur y soy la única chilena y única mujer”, destacó.

Su arte en Buenos Aires

Para vivir en Argentina, Naara Andariega tuvo que aprender de todo: “Al principio fue duro insertarme aunque son buena gente, copados; lo complicado es meterse en la idiosincrasia, entender todo lo que es el Peronismo, porque hay que entender el contexto político, no vas de turista, y para eso tienes que estudiar. Es diferente, porque el Peronismo es transversal, te puedes encontrar un milico peronista como un obrero, entonces hay gente de derecha e izquierda, es una ensalada súper interesante”.

Y aunque pudiera pensarse que para una chilena es difícil abrirse camino con su arte, en su caso no ha sido así, pese a que no ha cambiado su forma de enfocar su música. “Trato de no incorporar nada, lo mío es la música de raíz chilena, así que trato de no hacer mucho embutido, porque me gusta mantener la identidad y que dentro de la obra se entienda. Mucha mescolanza le quita pureza a la obra y te lleva a la confusión”.

En consecuencia con esta convicción, Naara Andariega valoró el trabajo de muchos músicos chilenos, que están trabajando a pulso con esta forma de asumir el arte. “En Chile, ahora toqué con Vilú y Jacinto Turbio, que son muy buenos, tienen una propuesta que es un sello llamado Remolino, donde tienen un espacio comunitario en que abren su casa, es muy interesante, psicodélico total, entre folclore y algo más progresivo. Y los clásicos, como Hugo Moraga, que siempre está a la vanguardia; La chillanera, Vasti Michel, Cazuela de cóndor de Valpo”.

Visión de mujer

Naara Andariega es una ferviente defensora de los derechos de la mujer. Con su música busca entregar este mensaje donde vaya. Y por ello, reconoce que en Argentina hay una mayor apertura mental que en Chile. “El varón no sabe cómo es el feminismo, entonces piensa que es algo malo de entrada, en cambio nosotras las feministas radicales estamos dispuestas a compartir con los varones y a reeducarnos entre todos, pero sin miedo ni prejuicio; quizás se nos ve más agresivas o aguerridas, pero es porque la cosa es muy insoportable. El varón cuando no quiere soltar sus privilegios, te violenta, y para construir necesitamos que los varones dejen sus privilegios de lado y se unan a la lucha a nosotros, sobre todo en la tiranía doméstica, empecemos por ahí, lavar la ropa, la loza”.

“El sureño es cuático, patriarcal fuerte, siempre la mujer es menos valorada que el varón. Al hombre siempre se le sirve primero la comida, se le vanagloria el laburo, en cambio, a la mujer que está en la casa es vista como que no trabaja, o si el hombre hace labores de casa es maricón”.

“En Argentina hay un movimiento que tiene más años y está avanzado hace mucho tiempo, desde los 70 para adelante no han parado, pero acá se está construyendo lindo, lo que nos caga acá es la geografía, porque en Buenos Aires me puedo encontrar con 70 mil grupos de feministas, se hacen encuentros, pero acá está mucho más difícil, entonces en la medida de que podamos comunicarnos más y mejor entre nosotras avanzaremos más entre todas y todos”, analizó.

Y sobre todo, la cantante cree que esa lucha es más complicada en el sur del país. “El sureño es cuático, patriarcal fuerte, siempre la mujer es menos valorada que el varón. Al hombre siempre se le sirve primero la comida, se le vanagloria el laburo, en cambio, a la mujer que está en la casa es vista como que no trabaja, o si el hombre hace labores de casa es maricón”, finalizó Naara Andariega.