“Todo diseño debe hablar del lugar en el que se está”

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Rescatar lo esencial de la Patagonia es uno de los objetivos en cada una de las creaciones del joven profesional.

Marko Matulic (35) nació en Punta Arenas, pero estudió arquitectura en la Universidad Católica de Santiago. Uno de sus primeros trabajos en el rubro lo llevó a cabo el 2005, año en que debía realizar su proyecto de título.

“Diseñé un refugio en la Antártica para personas que se dedicaban a hacer expediciones científicas. Gestioné algunos fondos y en cooperación con el Inach, lo pude construir. Se encuentra en un glaciar y solamente se puede llegar a él a través de un zodiac”, cuenta.

Posteriormente y luego de trabajar en una oficina de arquitectura en Santiago durante cinco años, decidió volver a Punta Arenas.

“Mi intención siempre fue regresar. Me quise independizar y para mí era más interesante partir acá que en la zona central porque en esta región hay mucho por hacer. En cambio, allá el diseño está súper desarrollado”, explica.

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Tras llegar a Punta Arenas, empezó a desempeñarse en pequeños proyectos. Por ejemplo, realizó la remodelación y el diseño interior del Hotel Ilaia ubicado en Ignacio Carrera Pinto. Allí creó sus primeros muebles.

Paralelamente se hizo cargo de la arquitectura de algunas casas para parejas jóvenes con hijos pequeños.

Luego, junto al arquitecto Pedro Kovacic diseñó el edificio de la contraloría de Punta Arenas. Mientras se encontraba en ese proceso, se dio cuenta de que quería armar su propia línea de muebles.

“No había mucha oferta de mobiliarios con materiales regionales, lo que me parecía raro porque nuestra idiosincrasia se encuentra en el imaginario de todos. A pesar de ello, se ofrecía muy poco. El problema era y sigue siendo que la madera se exporta como tabla, no como un producto con valor agregado”, explica.

Tras detectar esa necesidad, Marko comenzó a trabajar en la tradicional mueblería Atilio Cum, donde se desempeña hasta la fecha. Allí desarrolla sus propias creaciones.

Además de lo anterior, realizó el diseño de los miradores del Parque del Estrecho de Magallanes, “es un circuito que armé con la gente de allá. También creé el soporte para la señalética”, comenta.

Sus próximos proyectos son abrir las tiendas del nuevo centro de visitantes del Parque del Estrecho, realizar una casa en el sector sur que será curva y restaurar un edificio antiguo en el centro, que tendrá un patio interior vidriado y donde se construirán oficinas y departamentos tipo loft.

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Arquitectura en Punta Arenas

Marko reconoce que ha tenido suerte de encontrarse con clientes que están abiertos en explorar y darse el tiempo para pensar en diseños.

“No siempre uno se topa con gente así. De hecho, la mayoría de las personas de acá no son muy exigentes. Te dicen: ‘quiero una casa que tenga cocina, living-comedor y tres dormitorios’, pero no tienen mayores aspiraciones. Entonces, uno debe tratar de asesorarlos y convencerlos de que una buena arquitectura valoriza la propiedad y, además, hace que el habitar sea más confortable y placentero”, explica.

Marko cuenta que muchas veces se cae en la repetición de tipología de vivienda o en lo que está de moda. “Uno ve lo que se está haciendo y se da cuenta de que se repite como caja de zapato. Por ejemplo, hubo una época en que todos querían casas estilo mediterráneo con techos planos y líneas rectas, pero aquí en la región de Magallanes eso no es adecuado porque después vienen problemas con el agua, la nieve y filtraciones. Desde esa perspectiva, todo diseño debe hablar del lugar en el que se está, a través de los materiales, la forma y el uso”.

 

E copiaSegún el arquitecto, en Magallanes existe una tradición respecto de las construcciones. Se utiliza la plancha metálica, la madera y muchas de las casas de los inmigrantes tienen una gran pendiente, cocinas amplias y espacios con luz.

“Lo fundamental en toda creación es plasmar un diseño que sea acorde al lugar en que vivimos. Aquí el paisaje que tenemos es muy fuerte. Podemos ver el Estrecho de Magallanes, la Isla Tierra del Fuego y, sumado a ello, habitamos en una extensa estepa. Eso inevitablemente se refleja en el uso de las viviendas”, concluye.