Una odontóloga a toda prueba

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-La empatía, carisma y profesionalismo de la creadora de Clínica Croacia la han llevado a desarrollar con éxito la gran mayoría de sus ideas y proyectos en Punta Arenas. Hoy revela su lado más íntimo y familiar a través de sus triunfos y sacrificios en el área profesional y personal.

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Llena de sueños y ganas de vivir experiencias nuevas, hace 26 años llegó a Magallanes una mujer cuya pasión por la salud de las personas la llevó a desarrollar diversos proyectos de emprendimiento familiares que resultaron ser toda una innovación para la zona y un verdadero apoyo a la comunidad.

Se trata de la Dra. Patricia Almendras, odontóloga egresada de la Universidad de Concepción, quien muy joven, y sin pensarlo dos veces, se embarcó en la gran aventura de llegar a trabajar a esta lejana región, acompañada de su marido, Luis Ulloa, quien también comenzaba su carrera de medicina en Cerro Sombrero.

“La verdad es que fue toda una aventura para ambos. Yo había egresado recién de la universidad y mi marido, había sido destinado al hospital de la localidad. Fue un lugar de mucho aprendizaje para nosotros, estuvimos un año ahí y luego nos vinimos a Punta Arenas, decidimos quedarnos y hacer nuestra vida aquí”, recuerda Patricia.

Su afán por mejorar su entorno y su constante inquietud por hacer cosas, junto al ímpetu y apoyo de su marido, los llevó a construir el primer centro de diálisis de la ciudad para ayudar a las personas con sus enfermedades más graves.

“Aquí no existía ese tipo de centros, entonces, los pacientes tenían dos alternativas: o cambiarse de ciudad o morirse. De ahí surgió la necesidad de crear esto”, explica.

Con fondos propios y financiamiento privado, esta pareja que ya empezaba a construir su familia en Magallanes, llevó a cabo así su primer emprendimiento que, posteriormente, derivó en la construcción de lo que hoy es la famosa Clínica Croacia con su área odontológica, de diálisis y estética, cuyo paulatino crecimiento e incorporación de tecnología de punta le dio un sello característico al trabajo y gestión de esta profesional.

26 años lleva la Dra. Patricia Almendras desarrollando el área odontológica en la región.

“Reconozco que soy una persona que no se queda quieta, siempre trato de perfeccionarme… Me gusta trabajar cómoda y que el lugar donde vivo tenga la tecnología que necesita la gente… por eso nos hemos caracterizado siempre por tener la mejor tecnología y plataformas digitalizadas”, sostiene.

Comenta, como anécdota, que cada vez que incorpora un nuevo equipamiento a la clínica, se transforma a sí misma en un verdadero “conejillo de indias”, lo que habla de su empatía y profesionalismo: “Mi premisa de vida es siempre tratar de situarte en el lugar del otro, por eso, todo lo nuevo lo pruebo conmigo primero… y, hasta ahora, ha resultado bien”, comenta entre risas.

Sin embargo, no todo ha sido tan fácil, su afán por innovar y ser cada día mejor en lo que hace también la ha llevado a perder tiempos valiosos con sus tres hijos, algo que, asegura, le ha pasado la cuenta.

En sus palabras: “Reconozco que me habría gustado estar un poco más de tiempo con mis hijos. Siempre en la vida fui gestora de ideas, siempre en movimiento por mi carrera y creo que eso me pasó un poco la cuenta con ellos, pero tampoco puedo quejarme, porque gracias a eso logré todo lo que tengo ahora”.

Con dos hijas mayores, Patricia (29) y Carolina (25), y el “conchito”, Sebastián (11), hoy, esta incansable profesional no ha dejado de desarrollar nuevas ideas y proyectos en el área salud: “Aunque muchas veces ellos mismos me han dicho que debería descansar un poco más, la verdad es que me encanta lo que hago, me apasiona y eso hace que no me quede tranquila, pero, de alguna manera, ellos han aprendido a entenderlo”.

Tras casi tres décadas de carrera, de logros y aprendizaje en lo personal y laboral, hoy Patricia deja una enseñanza: “Mi lección fue nunca dejar de aprender y no tener miedo a soñar, porque todo se puede hacer, incluso ciertas locuras, si se trabaja por ellas”.