María Eugenia Cuadros: “Ha sido un privilegio contar con su compañía”

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“La vida me ha bendecido por tenerlo a mi lado porque nos ha enseñado la simpleza del día a día”.

 

Ser mamá joven es complejo por diversos motivos. Hace cuatro décadas era tanto o más complejo que hoy. Eso lo sabe muy bien María Eugenia Donoso, quien con tan sólo 20 años dio a luz a su primer hijo, un bebé con Síndrome de Down.

“No fue fácil, pero mirar hacia atrás y analizar el recorrido, que pese a todas las dificultades que tuvimos para sacarlo adelante con su enfermedad cardiaca y la poca oferta que había hace 40 años para educarlo y darle las herramientas necesarias para que sea lo  más autónomo posible, me hace sentir orgullosa del hombre en que se ha convertido a sus 41 años”, relata María Eugenia.

Juan Pablo Rufatt, nació con síndrome de down y con una cardiopatía congénita, por la cual tuvo que ser intervenido al año y 6 meses de vida. “Ya han pasado 41 años de ese evento y gracias a Dios está muy bien”, dice María Eugenia.

La familia y los amigos lo adoran,  siempre lo acogieron de maravilla y fue tratado como un niño, adolescente y, ahora, como un adulto sano, alegre y optimista. “Es creyente en Dios y con su carisma muy especial encanta a todos los que lo conocen”, describe la orgullosa mamá.

“A él le encanta ser el Hombre Araña Y además es un férreo hincha del Colo-Colo, muy a mi pesar, que soy de U”, cuenta de manera anecdótica María Eugenia.

Juan Pablo vive a concho su vida, es uno de los trabajadores más reconocido y querido del supermercado Unimarc de avenida España, donde lleva más de 15 años cumpliendo labores. Su gran carisma y sonrisa lo hacen destacar del resto, por lo que tiene una vida social muy activa. Sin duda, el esfuerzo de su familia y, sobre todo, de María Eugenia, surtió los efectos esperados ya que Juan Pablo es un hombre pleno y autónomo.

“Ha desarrollado distintas labores, estuvo en el patio de comida, luego fue a empaque y ahora ayuda a reubicar los productos que desordenan los clientes. Él trabajaba con un horario fijo de 10 hasta las 16 horas. de martes a viernes y de ahí se iba al taller Hermanos de Hermano”, comenta María Eugenia.

Sin embargo la crisis sanitaria que ha venido a complicarlo todo, se ha hecho difícil de sobrellevar para Juampi, “él ama su trabajo, en tiempos de cuarentena total fue muy difícil para él, ya que estaba acostumbrado a sus actividades, no sabía qué hacer. La empresa ha sido importante para él y, sobre todo, sus compañeros de trabajo que lo han acogido de maravilla,  lo hacen sentir importante y me lo cuidan mucho. Estoy agradecida de todos ellos”, expresa.

“Ha sido un privilegio contar con su compañía, la vida me ha bendecido por tenerlo a mi lado porque nos ha enseñado la simpleza del día a día”, confiesa una emocionada María Eugenia, que tampoco puede esconder sus miedos y preocupaciones por lo que pueda pasar con su hijo el día que ella no esté.

“Creo que toda madre se pregunta alguna vez en la vida qué será de nuestros hijos cuando uno parta de este mundo. Por eso, creo que es importante darles las herramientas para que ellos sigan adelante. En mi caso, el contar con las redes necesarias, tanto emocionales como económicas, ha sido nuestra meta para que, llegado el momento, Juampi pueda seguir adelante”.