Constitución con enfoque de género, un camino para crear un país más igualitario

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Más allá de la postura política que cada cual tenga, el domingo 25 de octubre pasará a los anales de la historia como el día en que se abrió un proceso inédito y en que los ciudadanos dieron una señal potente respecto de dar pasos para acabar efectivamente con las desigualdades entre hombres y mujeres.

Al votar casi el 80% de los 7,6 millones electores (66 mil en Magallanes) por la opción Apruebo y por la Convención Constitucional en el plebiscito, se abrió un proceso único en el mundo: los chilenos elaborarán una Carta Magna a través de un órgano constituyente paritario que asegurará que la nueva Constitución tenga perspectiva de género.

Aquello tiene que ir de la mano de acciones concretas en pos de derrotar los estereotipos de género y en permitir que las mujeres tengan un papel más activo en los debates y en los lugares donde se adoptan las grandes decisiones.

Una Constitución paritaria es una oportunidad de sintonizar con demandas ciudadanas y ser un ejemplo global.

Esto debe alegrar no sólo a las mujeres, sino que a la sociedad, pues la inclusión de la mirada femenina permitirá establecer normas más justas y equitativas.

La historia política y constituyente, en general, ha sido escrita por los hombres y, por tanto, la realidad, necesidades y deseos femeninos han sido permanentemente excluidos.

Las mujeres son el 51% de la población y el permitir que su visión sea incorporada en el nueva Carta Fundamental llevará a que se prioricen materias sensibles e importantes no sólo para ellas, sino para el conjunto de la sociedad, regulando interacciones más equitativas e inclusivas.

Una Constitución con paridad de género significa profundizar nuestra democracia.