Síndrome de Down y aprendizaje 

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Claudia Figueroa Académica Escuela Fonoaudiología U. Andrés Bello 

En nuestro país, la realidad social y escolar de los niños con síndrome de Down es compleja, ya que están segregados en su mayoría en escuelas especiales. Un número menor, logra acceder a «cupos de integración escolar» que son reducidos en relación al cupo regular de cualquier colegio. Esto, no está relacionado directamente con las deficiencias cognitivas propias a la condición, sino que muchas veces a una historia de prejuicios entorno a ellos. 

Los niños con Síndrome de Down son capaces de aprender, conceptualizar el mundo de manera variable, así como leer y escribir en su mayoría. Su condición no es una barrera para ello. 

Si fuéramos una sociedad inclusiva, entenderíamos que en niños sin esta condición, estos aprendizajes también presentan variabilidad. El tiempo y la dedicación son fundamentales para cualquier aprendizaje, y en quienes tienen síndrome de Down se presenta con más fuerza aún, pues el tener un déficit intelectual, significa necesitar una estimulación multicanal y más mantenida en el tiempo para asentar algunos de los aprendizajes escolares. 

Quizás, si nos abriéramos a la posibilidad de la diversidad con la certeza de que todos somos diferentes, el progreso de una población como la de los niños con síndrome de Down tendría una mayor esperanza de verse integrada a una sociedad como la nuestra; así como sucede en tantos otros países en que sus derechos como individuos, son respetados y visibilízalos.