Siete psicopedagogas magallánicas vivieron una experiencia transformadora en Cuba

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Integrantes del Movimiento Psicopedagogía Sin Fronteras realizaron pasantía

Doce días estuvieron seis profesionales y una estudiante en la Universidad Juan Marinello Vidaurreta en Matanzas, junto a otros especialistas del resto del país que forman parte de esta agrupación sin fines de lucro que busca nuevas herramientas a favor del aprendizaje de todos los niños.

La describieron como una experiencia única, genial, transformadora. Desde el 27 de enero al 9 de febrero, un grupo de psicopedagogas magallánicas estuvo en la Universidad Juan Marinello Vidaurreta en Matanzas, Cuba, realizando una importante pasantía, integrando una delegación nacional.

Asistieron diecinueve personas (diecisiete profesionales, dos estudiantes y un terapeuta ocupacional), siendo la delegación de Magallanes la más grande.

Todos forman parte del Movimiento Psicopedagogía Sin Fronteras, entidad social independiente y sin fines de lucro que busca capacitar y transformar esta carrera desde el conocimiento y la investigación, a fin de promover la vocación de los estudiantes.

FEM Patagonia quiso conocer parte de las experiencias y aprendizajes que tuvieron estas siete profesionales:

Jenifer Hernández Hernández

Tiene 32 años y es psicopedagoga con Diplomado en Psicología de Aprendizaje. Se trata de Jenifer Hernández Hernández, quien se desempeña en Inacap Punta Arenas como coordinadora del Centro de Recursos de Apoyo Estudiantil de la sede.

“Lo que me motivó a participar de esta instancia en Cuba fue el fortalecer, junto a mis colegas, todo lo que es el movimiento social de psicopedagogía y dejar en claro que, como profesionales, podemos abordar muchos ámbitos y que ésta es una carrera que merece prestigio y gran valor. El objetivo de poder insertarnos en un nuevo contexto a través de esta pasantía es el hecho de que queremos llegar más allá, no sólo quedarnos con lo que se nos enseña inicialmente. La idea es buscar mayor especialización y poder contribuir a nuestra carrera, porque lo que tenemos en común es que somos unos enamorados de la psicopedagogía y creemos que tiene mucho potencial. Entonces, nuestras líneas de trabajo son la capacitación, la formación permanente, la innovación, el emprendimiento, generar mayores instancias de investigación para sustentar nuestra área y poder demostrar a partir de las teorías que se vayan construyendo desde los psicopedagogos, el cómo se pueden generar cambios, cómo se puede innovar y cómo se puede ser un aporte dentro de un contexto de aprendizaje, porque no debemos olvidar que los seres humanos estamos en constante aprendizaje el resto de la vida”, sostuvo.

Cecilia Schonig Cardenas

Cecilia Schonig Cardenas es una psicopedagoga de 27 años, para quien la experiencia vivida fue “impagable”.

“Siento que crecimos todos como profesionales. Pero, también en el ámbito personal fue un enorme aprendizaje cultural. La realidad de ellos es muy distinta a la nuestra y siento que fue una instancia en la que todos aprendidos y que, de verdad, yo, por lo menos, volvería a vivir feliz”, señaló.

Zareth Barrientos Saldivia

Con sólo 24 años, para Zareth Barrientos Saldivia la experiencia en Cuba fue muy mágica y muy genial. “Aprendimos un montón de lo que la gente tenía para enseñarnos. Había un enfoque social muy bueno y especial, mucha gente cuya prioridad era ser amable con el otro, ser persona y amigo, pues lo más importante allá es siempre ser persona y uno mismo, a diferencia de acá en Chile que siempre importa más cómo te mira el resto y lo laboral”, apuntó.

Insiste en que en Cuba “lo más importante es ser humano, aunque quizás no tienen las comodidades ni la tecnología que nosotros tenemos. Están muy atrasados en ese sentido pero lo más especial que había era que uno podía ser auténtico y los otros te lo reconocen sin haber competencia de por medio”, remarcó.

Karina Marcos Gómez

Psicopedagoga de 34 años, con cinco años de experiencia educacional, Karina Marcos Gómez valoró la pasantía en términos laborales y sociales. “Rescatamos mucho porque no sólo nos sirve para trabajar en eso, sino también en la parte educacional. Visitamos dos colegios y un instituto de educación superior. Entonces, hay muchas cosas que rescatar y que podríamos aplicar aquí en escuelas y en el ámbito laboral y social. Sería muy gratificante para la parte de aprendizaje de habilidades y desarrollo social y también en el hecho de tener un buen compañerismo dentro de una institución”, indicó.

Paula Muñoz Ojeda

Paula Muñoz Ojeda tiene 28 años, es una argentina residente en Chile hace siete años. Trabaja en PPF Tiburcio Rojas.

“A muchos, la experiencia en Cuba nos abrió la cabeza no sólo en lo profesional, sino en lo humano. En lo humano aprendimos la capacidad de la empatía por las personas y, en lo profesional, la importancia de lo que es el recurso humano como prioridad, más que la tecnología y lo material, porque acá por el capitalismo estamos acostumbrados a eso, pero allá en Cuba no tienen acceso a eso. Ese cambio nos hizo ver que lo más importante es formarnos y capacitarnos cada vez más como profesionales y, de esa manera, poder hacer grandes cambios”, hizo ver.

Dijo que el Movimiento Social de Psicopedagogía Sin Fronteras quiere seguir trabajando para que la psicopedagogía se valore como tal, como lo que es, como profesionales del aprendizaje y que se siga reivindicando en todas las áreas.

Lizeth Aicon Antigual

Lizeth Aicon Antigual tiene sólo 21 años y es estudiante de Psicopedagogía. “Yo fui una de las más pequeñas en vivir esta experiencia, tuve la suerte de ir con estos profesionales como estudiante y fue enriquecedor y super rico. Conocí muchas realidades diferentes y pude enriquecerme de mis compañeros, quienes vieron mis potencialidades y pude aportar a mi casa de estudios con esta experiencia”, comentó.

Para ella, este viaje fue un intercambio cultural rico, que la marcará por el resto de su vida. “Con la falta de tecnología que hay allá, pudimos complementarnos mejor como grupo y tuvimos una vibra muy rica entre todos”, acotó.

Camila Peters Huala

Psicopedagoga y monitora de Yoga Infantil, Camila Peters Huala trabaja en una escuela de educación alternativa, “Escuelita Bambú: Libre y Feliz”.

“La pasantía nos sirvió mucho para traer nuevas prácticas y conocimientos a las distintas instituciones a las que pertenecemos. Yo, que trabajo en educación no formal, rescaté muchas cosas de acuerdo a prácticas de psicopedagogos allá donde no existe la educación no formal como aquí en Chile, pero son prácticas para una educación integral que trabajan de una forma muy especial y particular, con contenidos que vimos dentro del viaje y que puedo aplicar en mi establecimiento educacional. Además, como instructora de Yoga Infantil, realizo clases de Yoga desde un enfoque psicopedagógico, entonces este viaje me ayudó a complementar estos conocimientos y a aplicarlos en mi trabajo”, valoró.