Directora Dirección de Género, Equidad y Diversidad de la Umag “Una Constitución con perspectiva de género será algo muy relevante”

0 Comments
Elia Simeone R. / esimeone@laprensaaustral.cl

 

Sintia Orellana Yévenes planteó que incorporar la visión femenina en la Carta Magna será determinante para avanzar no sólo en materia de equidad de género, sino para conformar un nuevo relacionamiento social en Chile.

 

Algo relevante. Así define la directora de la Dirección de Género, Equidad y Diversidad de la Universidad de Magallanes (Umag), Sintia Orellana Yévenes, el proceso abierto para que, si la ciudadanía lo aprueba en el plebiscito de abril, se elabore una nueva Constitución y que ésta tenga una perspectiva femenina.

“La Constitución viene a sentar todas las nueva bases de la nueva manera de relacionarse social y políticamente. Entonces, el que la mitad o un poco más de la mitad del país seamos mujeres eso nos da derecho a estar representadas”, señaló.

Pese a que esto es tan evidente, no lo es para todos y en el Congreso ha habido férrea oposición a que, en la conformación de la convención constituyente, haya paridad. Un grupo de politólogas trabajó un proyecto en tal sentido, pero éste se estrelló en contra de la negativa de algunos senadores. Esta cuestión, que es muy importante, quedó para ser definida en este mes de marzo.

Para Sintia Orellana Yévenes, este proceso constituyente abre una enorme oportunidad para que se incorpore la perspectiva de las mujeres en la Constitución.

¿Por qué es tan importante?

“Porque nosotras le damos otra perspectiva y otra mirada a la vida y al relacionamiento social. Creemos que, al participar de manera paritaria en la convención constituyente, van a aparecer como temas centrales -y que deben ser consagrados en la nueva Constitución- el derecho a una vida libre de violencia, la salud sexual y reproductiva, la no discriminación, el derecho a una educación no sexista, la participación en espacios resguardados de decisión, entre otros”.

¿Tiene la actual Constitución perspectiva de género? ¿Qué se entiende por este concepto?

“La actual Constitución tiene un artículo que, en general, habla de igualdad. No tiene perspectiva de género y carece de la mirada femenina. Cuando hablamos de perspectiva de género, estamos aludiendo a que no se considera el impacto que tiene y/o va a tener cada norma, cada ley en una mujer”.

“El derecho se vanagloria de que es neutro, pero es discriminatorio porque tiene que considerar cada particularidad, somos un grupo que no estamos representadas y este proceso constituyente es una gran oportunidad para corregir aquello”.

Pero, hay personas, incluso mujeres, que se oponen a conceptos como paridad y cupos.

“Aquí, tenemos que hacer presente que, en procura de la paridad, esas son medidas de acción positivas, que, en algunos casos, se han llamado discriminación positiva, y que son transitorias”.

Agregó que,  si bien se habla de paridad, en este proceso lo que se persigue es que haya una adecuada representación de las mujeres en este proceso tan relevante para el futuro del país y los derechos femeninos.

Sobre cómo la participación femenina en la convención constituyente puede ser radical en el avance de los derechos de las mujeres, quedó plasmado para Sintia Orellana, por ejemplo, en el caso ecuatoriano, donde se reconoció constitucionalmente el trabajo no remunerado del hogar, lo cual asegura que las mujeres que han estado en tal función pueden acceder a una jubilación digna, con una pensión asistencial.

La profesional insiste en que, mientras no haya real equidad en una sociedad, se tienen que abrir espacios a las mujeres con medidas positivas, pero transitorias que buscan transformar los espacios de poder. Apuntó que, el día que ello se logra, se van retirando tales medidas porque los derechos de la población femenina se resguardan en forma natural, sin que haya acciones extraordinarias.

Hizo ver que, en Europa, las mujeres ya están ocupando el 50% de escaños parlamentarios, las gerencias y las direcciones de empresas y entidades públicas de manera natural.

Resistencia

Consultada por qué, a su juicio, el tema de la participación femenina en forma igualitaria genera tanta oposición, Sintia Orellana Yévenes admitió que todo lo que se refiere a los derechos de la mujer, género y feminismo gatilla una inmediata resistencia, incluso en hombres educados.

“Me llama la atención. Actualmente el Estado de Chile ha celebrado, ratificado y tiene vigentes dos convenciones, como la Cedaw (en su sigla en inglés), del sistema internacional de la Onu que busca eliminar todas las formas de discriminación de la mujer (1979), y  la de protección de los Derechos Humanos y la Convención Belem do Pará (1994), del sistema interamericano,  y aún así en los tribunales y en las escuelas de Derecho se conversa como si no existieran estos tratados y están ratificados y son antiguos. De hace 40 años que ya se exige la paridad y Chile la ratificó. Pero, el patriarcado sigue reinando y no hay disposición de ceder cuotas de poder”, señaló.

Otro ejemplo que puso es que, cada cuatro años, al Estado de Chile se le formulan observaciones sobre los derechos de la mujer, relativos a paridad, discriminación, co-responsabilidad en labores de cuidado de los niños, poca capacitación. “Pero, no avanzamos y seguimos en lo mismo”, acota.

Otra forma de “poder”

Para Sintia Orellana Yévenes, las mujeres no tienen la batalla ganada respecto de la paridad, pues se trata de un tema de poder, de temor de los políticos de perder ingerencia y dominio. “Las mujeres tenemos ideas de cambio y manejamos el ‘poder’ de otra manera, con otra visión”, puntualiza.

Así, el abrir espacios a la mirada femenina tendría, de inmediato, cambios sustanciales en la forma de relacionarnos, en cómo se conciben y ejercen las jefaturas, la manera en que se legislaría. En definitiva, se cambiarían los paradigmas del “poder”.

Esto redundaría en que conceptos como cooperación y solidaridad cobrarían mayor importancia y se tendería a reemplazar el de competencia, que está en la base del sistema capitalista e individualista que impera en nuestra sociedad.

“Una mayor participación de las mujeres, una perspectiva femenina, nos permitiría tener sociedades mucho más solidarias y maneras de relacionarnos más horizontales y no desde la verticalidad, como lo es el poder masculino”, observó.

Para llegar a esto, se requiere más educación en género. “Escucho a mujeres decir: ‘Yo no necesito que me regalen nada’ y cuestionar a las feministas porque están exigiendo derechos. Esto me hace preguntar: Si existiera esa igualdad, ¿tendríamos doble o triple jornada de trabajo, cuidando a nuestros adultos mayores y enfermos, haciéndonos cargo del hogar y los hijos? En general, mantenemos dobles y triples responsabilidades más que las de los hombres”, hace ver.

También cuestiona el sistema educacional y cómo aún sigue siendo muy bajo el porcentaje de mujeres que ingresan a carreras científicas y de ciencia dura. “Fuimos educadas de acuerdo a ciertos estereotipos, donde no existe la igualdad y donde, desde niñas, nos regalan juguetes blandos y no un automóvil que nos ayude a medir distancia y a desarrollar capacidades más bien matemáticas. Desde ahí ya se hace la diferencia. Tener vagina o pene, definitivamente, nos marca”, señala.

Feminismos

Sobre los movimientos feministas, Sintia Orellana Yévenes observa que no hay un solo feminismo y que ella respeta todas las expresiones. Desde el extremo, que realiza acciones de impacto para la prensa y que, incluso, se niegan a hablar con ésta, hasta quienes, como ella, están hace años trabajando desde la academia, en las direcciones de Género de todas las universidades del país.

Tras revisar algunos casos históricos, como las corrientes feministas surgidas en los Estados Unidos en la década de los 60, hizo ver que hay causas y sociedades que están en diferente nivel respecto de los derechos de las mujeres, algunas más primarias y otras más avanzadas.

“Lo importante es entender que son perspectivas complementarias a un fin común que es la igualdad de derecho entre hombres y mujeres. Finalmente, esto está relacionado con los derechos humanos y todos tenemos los mismos derechos, mismos deberes y las mismas oportunidades ya sea que hayamos nacido con pene o vagina, pero eso es algo que no pasa actualmente. Si naces niña no tienes las mismas oportunidades”, indicó.