¿Estarás conmigo en las buenas?

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Pamela Silva Palma / Psicóloga PUC, especialista en trastornos de ansiedad / Centro Médico Fermín Roca / +56972365267 / http://www.pamelasilvapalma.com https://www.facebook.com/pamelasilvapalma/

 

 

¿Cuándo fue la última vez que sentiste una alegría indescriptible, que tuviste un ataque de risa, que sentiste una profunda conexión con el sentido de la vida? Probablemente tu respuesta involucre a otras personas, pues pocas experiencias positivas son solitarias. Investigaciones han mostrado que las relaciones positivas son la fuente más importante de satisfacción vital y bienestar. Las otras personas son el mejor antídoto para sobrellevar los momentos difíciles de la vida y para salir de ellos.

¿Cómo saber si una relación es fuerte? Una forma es preguntarse si estaré para esa persona cuando me necesite, si estaré para ella en las malas. Pero hay otra forma de saber si una relación es fuerte y es preguntarse si estaré ahí para esa persona en las buenas, para cuando quiera compartir conmigo sus logros o sus buenas noticias. Esto puede parecer extraño pero las investigaciones han mostrado que no basta estar sólo en las malas para otro, pues si no estamos para esa persona en las buenas, las relaciones se resienten.

Imaginemos que nuestra pareja llega a contarnos que ha sido ascendido en el trabajo. Según un estudio de Shelly Gable (2006) pudiéramos responder según cuatro patrones pero sólo uno de ellos llevaría a fortalecer la relación.

1. Responder de forma distraída, sin prestar mucha atención a lo que nos están contando. “Ahhh, que buena!” (mirando el celular). A este estilo, Gable le llama “asesino de conversaciones”, pues esta falta de atención genuina, rápidamente mata todO el entusiasmo y las ganas de nuestro interlocutor de compartir con nosotros su alegría.

2. Cambiar el foco de la conversación desde el entusiasmo que trae la persona hacia nuestra experiencia. “¡Yo sí que merezco un ascenso porque he dejado mi vida en el trabajo!”. A este estilo le llamaron “secuestrador de conversaciones” pues el receptor acapara y eclipsa, con su propia experiencia, la buena noticia del otro.

3. Comenzar a mostrar todas las preocupaciones, desventajas y peligros asociados a la buena noticia. “¿Has pensado que ese ascenso significará que no llegarás nunca más temprano a la casa?”. Este estilo recibe el nombre de “ladrón de la felicidad”, el entusiasmo se desvanece al poner el foco en lo negativo de la noticia.

4. Responder a la buena noticia con un genuino interés. “Qué buena noticia! Cuéntame ¿cómo te enteraste? ¿Cómo te sentiste en ese momento?” A este patrón se le llama “multiplicador de la alegría”. Es una forma activa y constructiva de reflejar el entusiasmo del otro, participar y compartir su alegría. A través de preguntas y el genuino interés, la experiencia se revive, la alegría se multiplica y las dos personas se sienten más felices, más conectados, más cercanos. Este estilo fortalece relaciones.

La próxima vez que tu pareja, tu hij@, amig@ se te acerque a contarte una buena noticia, presta atención a cómo respondes. Y recuerda, para tener relaciones fuertes y significativas es preciso estar en las malas… pero también en las buenas.