Visibilizar a las mujeres
Una de las luchas permanentes que han enfrentado las mujeres es su visibilización.
Escondidas por siglos detrás de ollas, labores manuales y siendo validadas sólo a través de la maternidad, la mayor exposición pública ha sido, en las últimas décadas, desde la perspectiva de ser un objeto sexual.
Si una mujer es promovida en su trabajo, siempre se tejen suspicacias respecto de cómo lo logró; pero, si un hombre consigue un ascenso, es porque es competente.
Si una mujer asume una jefatura o gerencia, es porque es excesivamente ambiciosa; un hombre, en cambio, lo hace porque es un profesional.
Si una mujer es firme e impone su mando, es déspota; si un hombre dirige con firmeza, exhibe buenas dotes de manejo de personal.
Si una mujer defiende su postura o reclama con vehemencia, es una histérica; un hombre, en cambio, manifiesta una absoluta autoestima y convencimiento en sus convicciones…
Esas son, lamentablemente, las inferencias mentales que se suelen sociabilizar en discriminación de las mujeres.
Por ello, tiene total sentido trabajar porque su invisibilización y su descrédito social se revierta y su aporte cotidiano en todas las esferas, al igual o mejor que el que realizan los hombres, sea reconocido y no sufra estigmatización.
Elia Simeone R.
