Una Navidad más, una Navidad especial

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Quedán sólo días. En medio del gran ajetreo de fin de año, tenemos que celebrar Navidad. Lamentablemente, esta fiesta cristiana se ha tergiversado y ha pasado a ser un evento más donde reina el consumismo, las urgencias y el estrés.

Por ello, deberíamos hacer una pausa y reflexionar qué es lo que celebramos.

Parece una pregunta de perogrullo, pero no lo es tanto. La respuesta simple es que recordamos el nacimiento de Jesús. ¿Pero, quién es Jesús y cuál su importancia? Para los creyentes, en el pesebre María arropó al hijo de Dios. Es algo difícil de comprender para la mente humana. Como dice Colosenses, Cristo es “la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación” (Col. 1.15-20).

Como mujeres, debemos buscar rescatar el verdadero sentido de esta fiesta, la más importante de todas. Un ambiente familiar y un hogar arreglado; una cena simple, sin excesos y en paz; regalos, sí, pero no en demasía y no al punto que el sobreendeudamiento agobie…

Sobre todo, como mujeres debemos volver a las cosas esenciales, buscar la Biblia, leer y compartir con la familia, amigos o solas las lecturas que predicen o relatan el nacimiento de Jesús. Si no se es creyente, al menos, buscar lecturas que alegren el alma y reconforten el espíritu.

Navidad es el más grande de todos los misterios: el nacimiento de Jesús. Como dice Colosenses: “…Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles… por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud y, por medio de él, reconciliar consigo todas las cosas… haciendo la paz mediante la sangre de su cruz”.

 

 

Elia Simeone R.