Lo que nuestros niños necesitan

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Sol Guerra Jorquera
Psicóloga Clínica
Magíster Psicoterapia
Sistémica Constructivista
amaneceenelsur@gmail.com
lo que nuestros niños necesitanBasta ya de creer en la primera cosa que escuchamos por ahí, porque lo dijo la abuela, la tía o el pediatra. Porque ni la abuela ni la tía ni tampoco el pediatra saben necesariamente lo que nuestros hijos realmente necesitan. Esa es tarea nuestra. Primero, porque todos los niños son distintos y, segundo, porque sólo nosotros sabemos cómo queremos criar a nuestros hijos.

Si lo que dice la abuela, la tía o el pediatra nos hace sentido y nos parece razonable, pues adelante. Pero si lo vamos a tomar como verdad a la primera, me parece que estamos mal. Ser padres no es fácil, ya deben saberlo.

Por eso, debemos empezar a entender lo que nuestros niños necesitan. Compartamos experiencias con otros padres, investiguemos, busquemos respuestas que nos resuenen.

Pero debemos saber que nuestros niños no necesitan premios ni castigos, necesitan ser escuchados, guiados y contenidos emocionalmente. Nuestros niños no necesitan límites artificiales, necesitan simplemente ser informados de los límites naturales que ya existen.

Nuestros niños no necesitan métodos conductistas de adiestramiento para comer o dormir como se supone que deberían hacerlo, necesitan que respetemos sus tiempos, sus formas y sus deseos, como respetaríamos los de cualquier adulto.

Nuestros niños necesitan más brazos, más besos, más contacto físico. Nadie se malcría por pasar tiempo en brazos. Los niños no se malcrían por dormir con los padres los primeros años, al contrario, el colecho tiene muchos beneficios. El contacto físico constante da seguridad y los protege de futuros problemas afectivos y conductuales.

Nuestros niños no necesitan aprender a ser independientes a temprana edad, no están biológicamente preparados para eso. Si forzamos su independencia, sólo estamos fomentando la falta de confianza en el amor de sus padres.

Los niños no poseen capacidad de razonar y memoria de lo que está pasando antes de los 3 años; por lo tanto, el concepto de “malcriar” no sirve para ellos. Puede que su hijo se acostumbre a dormir en un determinado lugar, a pasear con la abuela, pero eso quiere decir simplemente que muestra sus preferencias.

Así, en vez de criar a partir de consejos y recetas desconectadas de nuestra realidad, elijamos escuchar a nuestros hijos, resonar con ellos, elijamos mirarlos a los ojos y entender lo que nuestros niños necesitan.

Los niños no poseen capacidad de razonar y memoria de lo que está pasando antes de los 3 años; por lo tanto, el concepto de “malcriar” no sirve para ellos.