Victoria Trapp: «Una Constitución nacida en democracia no debe ser un traje a la medida de la mayoría de turno»

0 Comments

«Una Constitución nacida en democracia no debe ser un traje a la medida de la mayoría de turno o de quien tiene el poder (como la del 80), sino que la casa de todos que dé cabida a la pluralidad de nuestra comunidad nacional. El haberse atrincherado en sus ideas, sin llegar a acuerdos, fue lo que lentamente llevó al resultado pasado».

Así opina Verónica Trapp Moreira respecto del fracasado proyecto constituyente y apunta que, en temas de forma, hubo «una gran mayoría de convencionales que desde un principio  no estuvo predispuesto al diálogo, algo fundamental para que cualquier proceso político democrático llegue a buen puerto… En temas de fondo, si bien en la propuesta existían cosas valorables y necesarias, siendo algunas de ellas garantizadas en las 12 de bases de este proceso, existió un desconocimiento de nuestra tradición constitucional y una innovación innecesaria en ciertas materias».

La postulante al Consejo Constitucional plantea que «esta segunda instancia es clave que los candidatos y quienes salgan electos tengan un rol informativo y participativo con las comunidades a las cuales representan. Ya que este proceso es mucho más sobrio que el anterior, tiene menos atención de los medios y, por lo tanto, existe gran parte de la población que desconoce cuáles son las 12 bases, qué hace cada órgano o qué tiene que votar el 7 de mayo. Eso hay que revertirlo, porque una ciudadanía bien informada es una ciudadanía que participa, dándole vitalidad a este proceso democrático. Por otro lado, es labor también de quienes redacten el texto evitar constitucionalizar todos los problemas, porque si bien se deben hacer cambios para lograr las transformaciones sociales que la gente necesita, no se deben crear falsas expectativas».

Para Trapp es importante que se haya conservado la paridad como principio para conformar el Consejo Constitucional. «Las mujeres representamos el 52% de la población nacional, es decir, una sociedad prácticamente paritaria, sin embargo, nuestra presencia en la toma de decisiones política es un porcentaje muchísimo más bajo. Eso se debe a distintos factores, pero, sin duda, hay que reconocer que existe una barrera de entrada grande para las mujeres en política. Herramientas como ęsta permiten que exista una mejor representación de la realidad nacional, al menos en cuanto al sexo, logrando avences que dudo que de buena voluntad se hubiesen logrado».

La candidata del pacto Todo por Chile señala que la opinión del Consejo Constitucional es importantísima, porque es la opinión de la ciudadanía. Recuerda que tanto la Comisión Experta como la Comisión Técnica de Admisibilidad, por su carácter, fueron designados por el Congreso Nacional. «Cuando la Comisión Experta tenga lista su propuesta, quienes aprobarán o rechazarán dichas normas serán los consejeros. Pero otra facultad poco difundida es que los consejeros van a poder aprobar con modificaciones o incorporar nuevas normas por un quórum de 3/5. Entonces sí, la opinión del Consejo Constitucional sí va a tener peso sobre la propuesta y, por lo mismo, es importante que se elijan consejeros que conecten con la realidad de sus representados y sean capaces de llegar a acuerdos», apuntó.

«Chile es un país sumamente desigual y esa desigualdad también se vive entre las propias mujeres. Cuando se comience a redactar la nueva Constitución no sólo se deben consagrar principios o hacer declaraciones generales, sino que en el planteamiento de cada institución, mandato o mecanismo se debe tener presente a la mujer y sus diversas realidades. No hablamos del “problema de la mujer”, sino que de los problemas de las mujeres, porque a cada una nos llega la brecha de diversa forma. Por eso, esta nueva Constitución debe abordarse con un contenido fuerte, pero que sea propio de aquellas mujeres que nos identificamos como feministas, pero también de las que no», sostuvo.

Para Verónica Trapp,  un principio necesario es el de la igualdad sustantiva, es decir, ir un poco más allá de lo que históricamente hemos consagrado como igualdad. «La desigualdad no se arregla sólo con el papel, con el reconocernos iguales ante y en la ley (que por lo demás es importantísimo), sino que se deben dar las condiciones sociales necesarias para que efectivamente podamos tener las mismas oportunidades. Para llegar a eso, hay que reconocer que existen esas brechas sociales (entre ellas la de género) y así establecer que debe haber un esfuerzo coordinado entre la sociedad civil, las comunidades y el Estado, para que lleguemos a las condiciones que nos permitan vivir en igualdad. Eso también va muy de la mano con otro principio importante, que es el de la solidaridad», reflexionó.

«El Estado unitario es parte de nuestra tradición constitucional, pero el apellido “descentralizado” es una buena novedad. En la Constitución actual, se establece que la administración es descentralizada, sin embargo, ahora hablamos de un Estado descentralizado, por lo tanto, es muchísimo más amplio y transversal. Lo que queda como desafío es la bajada y el contenido de esa descentralización, que, por supuesto, debe ser política, administrativa y financiera. Las futuras tomas de decisiones deben tener un carácter regional y local. Es clave que los futuros consejeros actúen por y para sus regiones, porque como vimos la comisión de expertos es en su mayoría de la Región Metropolitana», expuso.

Hizo ver que, lo largo de nuestra historia como país, a diversas generaciones le ha tocado tomar el lápiz y otorgarnos esa norma fundamental y pacto político llamado Constitución. «Ahora nos toca a nosotros leer esa historia, aquella que tiene altos y bajos y juntos ser capaces de escoger lo mejor de esa tradición. Junto con ello, dialogar en comunidad y ver de qué manera escribimos las soluciones a aquellas necesidades que nos afligen: pensiones, salud, educación, seguridad, vivienda y mucho más. Por eso, tenemos que aprovechar esta segunda oportunidad y tomar ese lápiz. Un Chile más solidario, descentralizado y justo requiere una nueva Constitución y sólo la tendremos si la ciudadanía se involucra», instó.