HABITACIÓN

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Cecilia Saa

El aroma floral de la habitación despertó abruptamente mis sentidos. Tu proximidad se hizo imperiosa. Los espejos que rodeaban las paredes simulaban ser ojos expectantes, testigos pasionales. Nos lanzamos abruptamente en la cama, sin imaginar cuantas pieles desconocidas navegaron entre las sábanas perfectamente acomodadas. A pesar del nervio inicial, me relajé hasta el punto de dejarme atrapar por estas ganas de ser explorada. El desborde de sensaciones provocaba pausar cada movimiento, hacerlo infinito. Tus dedos traviesos modificaban mi PH, mientras mis pechos erizados esperaban con ansias el contacto de tus manos. El espacio alrededor se hizo invisible ante la imagen de tu silueta proyectada en el reflejo. Mis piernas fueron el pasadizo perfecto y breve para entregar mi humedad a tus acciones perfectamente estudiadas. Me observé con pudor y gusté con fervor. El tiempo pasó desmesurado. En tu casa te espera una historia, en la mía un lecho solitario.