Enfermos terminales y Retiro de pensiones 

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Irene Muñoz Pino, Académica Facultad de Enfermería U. Andrés Bello

Respecto a la posibilidad de que personas con enfermedades terminales puedan adelantar el retiro de su pensión, es una cuestión no compleja debatir y estar de acuerdo.  

Suena justo pensar que, al vivir una experiencia de enfermedad catastrófica tengamos derecho a usar estos fondos ahorrados que son nuestros. Una enfermedad terminal, en lenguaje médico universal, se entiende como aquella con una expectativa de vida no mayor a 6 meses (en algunos casos 1 año) y que no tiene opción a tratamiento curativo. En ese escenario, la persona que sabe que va a morir vive una crisis existencial que afecta a todas las dimensiones de su vida, siendo la esfera económica una preocupación más a enfrentar.   

Es así como, en algunas ocasiones, la “cuenta hospitalaria” y gastos del tratamiento fallido, se transforman en un fantasma nocturno que no deja descansar, además, los costos a enfrentar en el futuro en condición de enfermo, suele generar la sensación de “ser una carga” para los seres queridos.   

Es importante aclarar si el cambio consiste en adelantar el retiro de la totalidad del dinero o adelantar la jubilación o solo disminuir los años de expectativa de vida para el cálculo, considerando que la persona enferma puede ir perdiendo sus facultades físicas y mentales para ejecutar estos trámites legales. Por otra parte, el saber que los ahorros pasarán a los beneficiarios después del fallecimiento, también podría generar tranquilidad al enfermo y es una opción.  Lo que es una certeza, es que este cambio en el sistema de pensiones viene a ayudar a satisfacer la necesidad espiritual de las personas con enfermedades terminales de “poner orden en la vida antes de partir”.