Catherine Navarro Campos: la “tía de los cuentos”

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De los campos de Calera de Tango a cultivar la mente de los niños a través de la lectura. Llegó a Punta Arenas al mundo de las bibliotecas y se ha dedicado a contar cuentos. Ahora, ella nos relata el cuento de su propia historia.

 

Mi nombre es Catherine Andrea Navarro Campos, tengo 40 años, nacida en una provincia al sur de Santiago, llamada Calera de Tango, un sector rural. Me crecí entre las siembras,  los animales y el campo. Hija de Sergio Navarro Armijo, un campesino analfabeto el cual me enseñó a nunca darme por vencida y de María Teresa Campos Zamorano, una nana que nunca dejó de luchar por sus hijas.

No tuve una infancia fácil, pero me enseñó a ser fuerte. Mi enseñanza básica la cursé en Santiago en el colegio Miguel de Cervantes y la educación media en el liceo técnico A-100, donde estudié la carrera de corte y confección.

No fui una joven popular, más bien invisible para todos. Era del grupo de las mateas, siempre me gustó estudiar y hacer los mejores trabajos, por lo cual en mis tiempos de liceo la biblioteca era mi refugio, era el lugar donde me escondía del bullying y me refugiaba en los libros y en la tía bibliotecaria. Jamás pensé que yo sería tía de biblioteca ni menos que sería la tía de los cuentos .

El amor a los libros y mi pasión por ellos se los debo paradójicamente a la religión y al comunismo. Me crecí en una familia donde las mujeres eran devotas a una religión en la cual se debía leer y estudiar muchísimo. Eso me enseñó el hábito de la lectura y mi abuelo que era un gran comunista (de los antiguos). Me enseñó desde muy pequeña que la lectura me haría libre, que me enseñaría hablar, a desenvolverme, a soñar, a viajar y a tener conocimiento que es lo más peligroso porque como decía él: “Si lees y sabes, nadie te pasara gato por liebre”.

Llegué a esta ciudad con 20 años. Hoy parto con 40. Llegué por amor y me voy por amor, pero esta vez es amor a mí, a mis sueños, a mis objetivos.

Esta ciudad me dio dos de los regalos más bellos de mi vida, porque el tercero me lo dio en Santiago (ja, ja). Mi regalo uno nació en Santiago, mi hija de las entrañas Camila Pizarro Navarro, 22 años. Bruno y Felipe son mis regalos magallánicos. Bruno Pizarro Navarro cumplió 18 años y mi retoño, a quien le debo la vida, porque él me hizo nacer de nuevo, me devolvió la fuerza y la alegría. Felipe Bastian Pizarro Navarro tiene 7 años.

En muchas oportunidades, esta ciudad fue para mí lo que fue para la Mistral, una desolación. Vivir sola con mis hijos en esta ciudad, lejos de la familia, ha sido duro, pero me ha regalado a los más grandes y bellos amigos, gente que me quiere con el  corazón. Eso es lo más hermoso. Como mi bella amiga Juana Subiabre, que desde que llegué a las bibliotecas hace 12 años siempre ha estado ahí para mi y mis hijos. A ella le debo mucho, así como a mi amiga Alejandra Subiabre, quien con su ejemplo de vida me ha enseñado a que hay cosas por las cuales de verdad no hay que sufrir ni preocuparse, que es mejor aprovechar cada segundo que nos regala la vida para eso, para vivir, amar y ser feliz.

El mundo de las bibliotecas

Llegar al mundo de las bibliotecas fue todo un regalo de la vida. En agosto del 2008, me vi obligada a buscar un trabajo y así fue como llegué a los planes de absorción laboral de la municipalidad y fue la bella Emma Barrientos quien me envió a trabajar a la Biblioteca N°6 en calle Chiloé. Ganaba $60.000 mensuales. Yo estaba feliz.

En marzo del 2009, ya estaba contratada como funcionaria de Dibam, hoy Servicio Nacional del Patrimonio Cultural. En julio del mismo año, ya había ganado mi primer proyecto presentado al fondo del Libro. La pasantía fue realizada en el  Centro Infantil y juvenil, dependiente de la Fundación Germán Sánchez Ruiperez  una de las fundaciones con más trayectoria en el mundo de las bibliotecas y fomento lector de España. Este centro en la ciudad de Salamanca está especializado en literatura infantil y juvenil. Además, pude aprovechar de realizar una visita a la Fundación Reina Sofía, que dirige su trabajo a niños con capacidades diferentes. Esto es algo que me motivó muchísimo, sin saber que años más tarde tendría un hijo  con condición de autismo. Hoy intento trabajar el fomento lector incluyendo a nuestros niños. ¡Es mi gran desafío y llegar a ellos a través de la lectura y los cuentos engrandece mi corazón!

A través de estos años  he crecido como persona y profesionalmente. Siempre busco la manera de perfeccionar mi trabajo, porque lo amo. Ser reconocida por lo que hago es una tremenda recompensa, recibir correos o comentarios de felicitaciones y agradecimiento es hermoso. Hace poco recibí una carta de recomendación de una de mis usuarias lectoras de 8 años, la conozco desde que tiene 2 cuando la vi entrar por primera vez a la biblioteca de la mano de su mamá. Amanda es una hermosa niña y gran lectora, su autor favorito es Mauricio Paredes. Hace unas semanas cuando le conté a su madre que estaba solicitando el traslado a la cuarta región, Amanda  escribió para mí  una carta de recomendación. En ella mencionaba: “La señorita Catherine es la mejor del mundo, la amo mucho”. Con eso no quiero más, mis ojos no pudieron contener la emocion y mi corazón llenito de alegría.

Me emociona pensar en todos los niños y niñas a los cuales he conocido en estos años, algunos mucho más que a otros, porque han participado de talleres o clubes de lectura. A otros, sólo los vi  una vez, ya sea en un cuenta cuento en sus escuelas o en la biblioteca, pero me ven en otros lados y me saludan, me presentan a sus padres y les cuentan que soy la tía Caty, la tía de los cuentos. Eso es enriquecedor. Tengo muchos recuerdos en mi mente de todo el trabajo hecho en estos años, la gran mayoría son alegres, pero también hay recuerdos tristes. Por ejemplo, recuerdo a un niño pequeñito de unos cinco o seis años, de un colegio privado, bien caro, donde uno cree que son niños que tienen todo. Pero, no. Muchas veces les falta lo más importante: amor. Recuerdo que ese día contaba el cuento “El topo que quería saber quién le había hecho aquello en su cabeza”. Los niños se reían muchísimo porque al topo -quien es el protagonista de la historia- le habían caído la caca de Ermeregido, el perro del cocinero, en su cabeza. Cuando terminé de contar el cuento este niño me abrazo y me dijo: “Me gustó tu cuento. ¡Me gustaría que mis papas me contaran cuentos!”. Sus ojitos estaban llenos de lágrimas, lo tomé en brazos y le dije que no siempre los papas tenemos tiempo como quisiéramos para estar con nuestros hijos que tanto amamos, que estaba segura que sus papás se morían por leerle muchos cuentos.

Mi trabajo de cuenta cuento y fomento lector ha sido una terapia para el alma. Tengo fibromialgia y, en muchas oportunidades, he llegado con dolores que ni siquiera el Tramadol pueden quitar,  pero al minuto de hacer un cuenta cuento y ver la carita de los niños me hace olvidarme de todo. ¡Realmente amo lo que hago!

Uno de mis libros infantiles favoritos es “El monstruo de los colores”, un texto maravilloso que habla de cómo educar las emociones, pero este problema no sólo es algo que le ocurra a los niños. A nosotros los adultos también nos cuesta mucho. Algo que he aprendido en estos años de trabajo es que a los adultos les encantan los cuentos, muchas veces cuando estoy contando cuentos miro la cara de los papás y es genial verlos tan pendientes del cuento y disfrutando a la par con sus hijos.

Proyecto

Este año decidí nuevamente postular a un proyecto, al Fondo del Libro. Postulé a una nueva pasantia de perfeccionamiento, como un desafío, por la necesidad de probarme a mí misma. Jamás pensé que lo ganaría y fue un hermoso regalo de Navidad (la verdad fueron varios regalos importantes y cambios de vida). Primero recibí la noticia de mi traslado a la cuarta región, algo por lo cual luchaba hace siete años.

Así que pronto dejare esta ciudad para ir tras mis sueños y objetivos, donde el clima me ayudará a continuar desarrollándome en mejores condiciones y de esta manera cumplir con mis obligaciones de seguir sacando adelante a mi familia. También contaremos con más y mejores posibilidades  médicas y de educación para que mi hijo menor pueda desarrollarse y cuente con nuevas herramientas para ser parte de una nueva sociedad, una sociedad más amigable, justa y con igualdad para todos, algo por lo cual seguimos y seguiremos luchando.

El 24 de enero, a las 11 de la mañana recibí la noticia, como en hermoso regalo de Navidad: mi proyecto había sido uno de los ganadores, que me había adjudicado la totalidad de los fondos ($5.000.000) y que había sido un proyecto calificado como excelente.

Esta pasantia la realizaré nuevamente en España, en el Centro Socio Cultural de Peñaranda de Bracamonte, en el mes de octubre de este año y tendrá una duración de un mes. En ese tiempo espero adquirir el máximo de conocimiento en cuanto a cómo fomentar el libro y la lectura a través de expresiones artísticas, sociales y culturales.

La invitación fue extendida por el director del centro, José Luís Sánchez Rodríguez, y fue aceptada y ratificada por la alcaldesa del ayuntamiento de Peñaranda, María del Carmen Ávila de Manueles. El Pueblo de Peñaranda es como Porvenir, muy pequeño, pero la importancia del Centro Socio Cultural traspasa las fronteras. Es, por eso, que elegí este lugar, ya que creo que la calidad no sólo es para las grandes ciudades, que todas las personas independiente donde vivan tienen derecho a contar con estos centros culturales de calidad y es algo a lo cual se debe dar gran importancia. Al igual que los hospitales, las bibliotecas y centros culturales ayudan a las personas a mejorar su salud física y mental, a tener mejor calidad de vida, aplacar tratamientos doloros, etc. Todos los ciudadanos de este país tienen derecho a lugares de esparcimiento y conocimiento, las filas de espera en hospitales o en consultorios no son los lugares donde las personas tengan que hacer vida social.

 

“Nuestras autoridades tienen una deuda enorme con la cultura. Este año se cerró la emblemática Biblioteca N°6, un lugar que no sólo era una biblioteca donde prestar libros. ¡Era mucho más que eso! Era el lugar de la comunidad, su espacio. Llegaban muchos extranjeros en busca de ayuda e información y, aunque no era nuestro trabajo, ahí estábamos apoyando, ayudando y orientando”.

 

Creo que el traspaso de conocimiento a través de mi experiencia ayudará a muchos a mejorar nuestras falencias en el ámbito de bibliotecas y centros culturales de calidad. La devolución de este proyecto será por medio de un taller dirigido a todos quienes trabajan en el ámbito de bibliotecas, profesionales y todos aquellos que, al igual que yo, han llegado ahí no por una carrera profesional, sino por un regalo de la vida. Hay que dejar de ver las bibliotecas CRA como un lugar de acopio de las cosas que en las escuelas no saben dónde más dejar o el lugar donde los profesores envían a los niños castigados o porque no pueden con ellos en las aulas de clases. Las bibliotecas CRA tienen una gran importancia y los niños deben anhelar ir a ellas.

Aunque tengo la posibilidad de cambiar de ciudad para rendir este proyecto, he decidido rendirlo aquí,  en Punta Arenas y poder transmitir he impregnar de entusiasmo a todos aquellos que quieran vivir esta experiencia.

Todos quienes quieran postular a estos proyectos de Fondo del Libro, pueden postular, persona natural y juridicas, los fondos están hay, solo hay que aprovechar las oportunidades, Beca CREA CHILE tiene el objetivo de:

“Entregar financiamiento total o parcial para proyectos de formación académica de magíster, máster, maestría, finalización de doctorado, diplomados, postítulos, seminarios, congresos y becas de perfeccionamiento como pasantías, talleres, cursos, entre otros, en Chile y en el extranjero, que contribuyan a instalar competencias relevantes para el desarrollo de él o la responsable en el ámbito disciplinario vinculado a la lectura y el libro”

Dentro del Plan Nacional de la Lectura 2015-2020, menciona que el fomento a la lectura responde muchas veces a instancias de encuentro en las cuales los mediadores debemos cumplir un rol fundamental en facilitar, acercar, promover y desarrollar el ámbito lector en públicos diversos, para lo cual se requiere de acciones intermediarias para facilitar el acercamiento y fomentar el interés por la lectura. Dentro de estas acciones intermediarias se encuentra la capacitación de quienes somos mediadores sin importar si contamos con un título profesional, ya que los años de servicio en los ámbitos bibliotecarios también nos hacen profesionales en nuestra materia.

Por lo tanto es nuestra responsabilidad como mediadores de la lectura buscar nuevas herramientas para mejorar lo que hacemos, perfeccionar nuestro trabajo y con ello conseguir mejores resultados.

Desde que realicé la primera pasantía en 2010 he motivado, he incentivado a tres personas a que postulen a estos fondos y línea. Felizmente las tres han ganado el concurso. Con esto quiero motivar a todos quienes estén relacionados con el mundo del libro y la lectura a que se informen y participen de estos concursos, están disponibles para todos y todos podemos vivir la experiencia.

Debo agradecer a la vida por lo maravillosa que ha sido conmigo. A mis hijos, a los cuales les he robado tanto tiempo por mi trabajo y mis sueños, pero que, sin embargo, siempre me han apoyado. A mis amistades que siempre me impulsan a seguir adelante. Al alcalde Claudio Radonich, quien no dudó en darme una carta de apoyo cuando se lo solicité para el proyecto. A la coordinadora regional de bibliotecas públicas, por su carta de apoyo y por hacer que en estos años me convirtiera en una mujer aún más fuerte.

Un agradecimiento especial es a mi fiel compañero de trabajo, Ariel Reinuaba, quien siempre está dispuesto a apoyarme en las locuras que se me ocurren, cuentos, títeres, diálogos, disfraces, etc. ¡Sin duda un gran compañero de trabajo y equipo! Juntos realizamos muchos trabajos que nos dejaron el corazón llenito de tanta satisfacción y amor. Lo extrañaré mucho. No será fácil encontrar un compañero tan completo, tan dispuesto, con tanta voluntad y con tanta paciencia para mi perfeccionamiento estresante.

Deuda con la cultura y  cierre de Biblioteca Nº6

Nuestras autoridades tienen una deuda enorme con la cultura. Este año se cerró la emblemática Biblioteca N°6, un lugar que no sólo era una biblioteca donde prestar libros. ¡Era mucho más que eso! Era el lugar de la comunidad, su espacio. Llegaban muchos extranjeros en busca de ayuda e información y, aunque no era nuestro trabajo, ahí estábamos apoyando, ayudando y orientando.

Para las personas en condiciones de calle, esta Biblioteca era su lugar de refugio, como Funcionaria por 11 años de la emblemática Biblioteca N°6, es muy triste  irme de la ciudad y no verla con sus puertas abiertas nuevamente, espero que pronto la comunidad pueda recuperarla.

Padres, regalen más libros a sus hijos, asistan con ellos más seguido a las bibliotecas, lean en familia. No podemos exigir a nuestros hijos que sean buenos lectores, si nosotros no les damos el ejemplo. Si nuestros hijos nos ven siempre con un libro, visitando las bibliotecas, créanme que cuando crezcan no podrán vivir sin la lectura.

Lean porque es un placer, no porque es una obligación, disfruten un libro como mirar el mar o las estrellas.

 

 

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