Mujeres Patagonas: Efra Masoterapia

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Elida Rivera Alvarez es masoterapeuta integral y técnico en rehabilitación terapéutica, enfocada en fisioterapia general. “Comencé hace nueve años atendiendo a domicilio. Siempre dije que era una terapeuta pobre, no tenía camilla, nada. Mi carrera tuvo muchos vuelcos, ya que no lograba encontrar trabajo en lo que estudié, por esta razón decidí ingresar a las Mujeres Patagonas. Trabajé mucho tiempo en otras cosas y me tenía atada el miedo a no emprender, no estaba conforme”, refiere.

Cuando fue mamá, se dio cuenta de que no quería volver a trabajar en un puesto asalariado, pues son muchas las horas que estaba fuera de casa y solo por ganar un sueldo estable.

“Mi hija fue una de las razones por las que yo me decidí a decir: ‘Sí, me arriesgo’”, remarca.

Así y gracias a Mujeres Patagonas, se enteró que el local que actualmente arrienda estaba desocupado. “Era una buena opción, así es que decidí tomar esta oportunidad”, apunta.

Ella confiesa que el numero 14 es muy importante para su familia, ya que nació un 14 de abril, su aniversario con su pareja es un día 14 y su hija nació un 28 que, si se divide entre los dos, es 14. “Por cosas de la vida, queríamos abrir un 10 de junio y no se pudo. Por lo tanto, dijimos: ‘Hagamos las cosas bien y abrimos el 14 de junio’”, relata.

Al momento de esta entrevista, Elida había cumplido s meses establecida, siendo su público objetivo netamente natalino.

“Siempre estoy buscando reinventarme y mantenerme al día en mi área”, acota.

Ofrece varios servicios, como los masajes de relajación, descontracturantes, con piedras calientes. Esto se complementa con tratamientos de auriculoterapia.

Intenta durante el año siempre estar capacitándose, pues está consciente de que nunca se deja de aprender.

Pero, apunta: “Antes de todo, soy mujer, mamá y compañera, lo demás son complementos a la vida con los que uno debe aprender a vivir”.

Integrar Mujeres Patagonas ha sido un aporte tanto a su negocio como a su vida personal. “Cuando entré al gremio, siempre estuvimos llenas de ideas, de a poco se fue afirmando y me ha ayudado mucho de manera personal. He hecho grandes amigas. El hecho de trabajar en equipo hace compartir infidencias donde te das cuenta de que tenemos mucho en común y que contamos las unas con las otras”, señala.

Elida afirma que se siente conforme con lo que está haciendo y busca entregar siempre un mejor servicio. “Estoy tan conforme con lo que hago que, a pesar de tener un mal día, llego a mi local y encuentro paz ya que es el lugar donde me siento cómoda. Después de hacer mi trabajo, cuando hay un “¡Gracias!” de por medio y una muestra de cariño, me doy por pagada, ya que no hay nada más reconfortante que la gente agradezca por el trabajo realizado”, consigna.