Tuberculosis, una enfermedad aún presente

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La región de Magallanes y Antártica Chilena, que es casi el 1% de la población del país, presenta desde hace muchos años una proporción alta de casos de tuberculosis por habitante en comparación con otras regiones, por lo que es importante que la población se informe sobre este tema y adopte las medidas de prevención sugeridas por la red de salud pública.

 

“En el mundo, junto con el VIH y la malaria, la tuberculosis es de importancia creciente, sobre todo con el aumento de las migraciones, del número de personas inmunodeficientes y en situación de pobreza”

“Aunque la vacuna en los niños genera una inmunidad parcial a la enfermedad y no es útil en los adultos, no existe persona que sea inmune al contagio de la tuberculosis”

La tuberculosis es una enfermedad infecto contagiosa causada por la bacteria llamada Micobacterium Tuberculosis que se transmite de persona a persona y tiene como reservorio sólo a la especie humana. Ha afectado a la humanidad desde los albores de la historia con casos documentados en el antiguo Egipto, causando epidemias en la edad media en Europa para luego pasar a América, afectando sobre todo a los pueblos originarios.  Luego de la segunda guerra mundial, Europa pasó por una gran epidemia de tuberculosis que fue controlada con medidas sanitarias y luego con la masificación del tratamiento antibiótico combinado a mediados a fines de los años cuarenta, con una reducción dramática de los casos y contagios, generando una aparente invisibilización de la enfermedad ya que las personas afectadas volvían a su vida habitual después del período de tratamiento, con cierto pudor a mencionar que habían estado enfermas.

En el mundo, junto con el VIH y la malaria, la tuberculosis es de importancia creciente, sobre todo con el aumento de las migraciones, del número de personas inmunodeficientes y en situación de pobreza.

Por esto, muchas personas tienen la falsa impresión de que la  Tuberculosis era una enfermedad erradicada en Chile, lo cual no es efectivo aún. El año 2000 se alcanzó el umbral de 19 casos por 100.000 habitantes en el país, pero aún  estamos lejos de llegar a un 5 casos por 100.000 habitantes, que sería el umbral de erradicación como problema de salud pública. La incidencia el 2014  fue de 12,3 casos por 100.000 habitantes. La proporción de casos por número de personas varía notoriamente según la zona del país, siendo mayor en el extremo norte del país por el continuo flujo de población desde los países vecinos, en la Región Metropolitana por la concentración de población y mayor cantidad de personas parte de los grupos de mayor riesgo de enfermar y, en Magallanes, por falta de pesquisa con una incidencia de 18,9 mucho mayor que el resto del país.

La región de Magallanes y Antártica Chilena, que es casi el 1% de la población del país, presenta desde hace muchos años una proporción alta de casos de tuberculosis por habitante en comparación con otras regiones, la cual ha ido paulatinamente disminuyendo sobre todo en las décadas de los años ochenta y noventa, hasta estabilizarse en los últimos años a pesar de los avances en los esquemas de tratamiento, la mayor disponibilidad de atención de salud y el mejoramiento del estándar de vida de la población.  Pero si no se trata a tiempo a los enfermos la enfermedad se sigue diseminando y aumentan lentamente los casos.

Existe desde los inicios del Servicio Nacional de Salud en Chile un programa establecido y organizado para el diagnóstico y manejo de la tuberculosis, con recursos suficientes para el estudio y tratamiento de todos los enfermos en forma gratuita, controlada y vigilada con seguimiento a largo plazo, los equipos técnicos regionales se encargan de poner el práctica las pautas de control y mantener al día a los equipos de salud de atención primaria para la detección y tratamiento de la enfermedad, para lo cual existe una Norma Nacional para el Control de la Tuberculosis, de simple aplicación una vez detectado el caso.

Aunque la vacuna en los niños genera una inmunidad parcial a la enfermedad y no es útil en los adultos, no existe persona que sea inmune al contagio de la tuberculosis. La enfermedad de transmite por vía aérea en las pequeñas gotitas que se generan cuando una persona con tuberculosis estornuda o tose, primero a las personas que viven o comparten varias horas en períodos prolongados con el enfermo. Cuando los mecanismos de inmunidad propia del cuerpo están disminuidos aumentan las probabilidades de contagio, por ejemplo, en personas de edad avanzada, con enfermedades debilitantes, en tratamiento con corticoides, personas viviendo con VIH, tratamientos oncológicos, drogadicción, alcoholismo, malnutrición. Por eso, es tan importante el estudio de los contactos cercanos a la persona recién diagnosticada. La lenta progresión de la enfermedad y lo inespecífico de sus síntomas hace que sea más difícil de sospechar.

La pesquisa de la tuberculosis se basa en la detección al microscopio (baciloscopía) y cultivos especiales, de los microbios causantes de la enfermedad en una muestra de expectoración espontánea obtenida de una persona que cursa con síntomas clásicos de la infección, los cuales son tos con expectoración por más de 2 semanas, malestar general, baja de peso, fiebre intermitente pero que no impide seguir llevando a cabo las tareas diarias, palidez y cansancio.

Es la detección o pesquisa de la enfermedad por este método tan simple y efectivo (baciloscopía) es lo que ha estado en continua falencia en los últimos años.  Ya que el bajo número de casos hace olvidar al personal de salud que aún la tuberculosis existe, el creciente número de consultantes hace cada vez más corto el tiempo disponible para la toma de exámenes y el aumento de documentos y registros que llenar, más lento el proceso de solicitud del examen diagnóstico.

El tratamiento actual de la tuberculosis está basado en antibióticos (4 en la primera fase de 2 meses y 2 en una segunda fase de 4 meses). Uno de los mayores avances en los últimos tiempos es el uso de dosis combinadas que reducen el número de comprimidos a tomar diariamente, aminorando los posibles efectos secundarios y molestias digestivas.  Una vez completado el tratamiento y si se ha detectado en fase temprana, el pulmón queda prácticamente indemne, sin limitación funcional alguna, a diferencia de lo que pasaba antiguamente en que se detectaba a los casos más avanzados con mayor daño y posteriores secuelas, de ahí lo vital que es el diagnóstico temprano.

Una vez completado el tratamiento la persona no queda inmune, pudiendo volver a contagiarse si la persona fuente del contagio no se ha tratado en ese tiempo o se vuelve a exponer cercanamente a otro sujeto contagioso.

 

“La enfermedad de transmite por vía aérea en las pequeñas gotitas que se generan cuando una persona con tuberculosis estornuda o tose, primero a las personas que viven o comparten varias horas en períodos prolongados con el enfermo”. 

 

Están dadas las condiciones en nuestro medio para poder erradicar la tuberculosis en Chile, sólo nos falta poner más atención en la pesquisa con el simple y expedito método de la baciloscopía, que se puede tomar en cualquier consultorio, y educar a la población para que si presenta tos con expectoración por más de 2 semanas esté dispuesta a realizarse el examen, que en el sistema público de salud es gratuito, o incluso preguntarle a su médico si es necesario tomárselo.

Como toda enfermedad infecciosa, si las personas cumplen el tratamiento e interrumpen la cadena de contagio se podría eliminar este flagelo y aliviar mucho sufrimiento a la humanidad.

Dr. Bernardo San Martín Carrasco

Broncopulmonar Adultos

Equipo Técnico de Tuberculosis

Hospital Clínico de Magallanes