La psicología del color que hay detrás de cada tono: dormitorios
Cambiar los ambientes, renovar espacios o, sencillamente, dar una pequeña, pero necesaria manito de pintura para mantener la casa presentable llevan de la mano una decisión fundamental: ¿Cuál es el color o la combinación ideal?
Pero, además de la cuestión de decir qué color y/o cuál diseño al momento de resolver un papel mural o un tapiz, están otras preguntas esenciales: ¿Cómo me sentiré si pinto el dormitorio o mi escritorio de este color? ¿Servirán estos tonos fríos para el living?
Aquí entra a jugar la psicología del color. Para cada espacio, son aconsejables ciertos tonos y éstos dependen de tu personalidad y de tus estados anímicos.
Aquí te presentamos algunos consejos para pintar o decorar los dormitorios.
Se trata del espacio íntimo por esencia. Tranquilidad y armonía, tanto para si se duerme solo o en pareja, son necesarios. Tonos tierra son suaves y darán la sensación de un espacio en orden y en contacto con la naturaleza. También los verdes y azules aportan paz y naturalidad.
1.- Dormitorio matrimonial: Ideal usar colores derivados del naranja, como durazno o salmón, pues generan sensaciones de fraternidad y unidad.
Para algo más pasional, se pueden usar los tonos rosa, lila, púrpura y hasta el fucsia, pero en dosis moderadas. Para neutralizar el aspecto femenino que éstos darán a la habitación, se deben añadir colores marrones.
2.- Dormitorio de los niños: Los colores azules y sus derivados estimulan la relajación y la reflexión y ayudan a calmar los ánimos de los niños. Los verdes también permiten una conexión con la naturaleza y estimulan la creatividad.
3.- Dormitorio para los adolescentes: También por sus efectos calmantes, los tonos azules son recomendados, tanto como los morados y los violetas que además ayudan a la creatividad.