Karina Montiel La “encantadora de perros” magallánica

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Comenzó como una tarea más de su trabajo como encargada de una estancia, pero lo transformó en su pasión. En poco tiempo, Karina Montiel ha logrado interiorizar diversas técnicas de entrenamiento para canes de pastoreo, convirtiéndose así en la “encantadora de perros” de Magallanes.

Siendo una mujer absolutamente apegada a la vida urbana, por amor, decidió seguir a su marido, Rody Twyman, a un campo alejado de Punta Arenas, donde se hizo cargo de algunas labores domésticas de la estancia administrada por él. Sin darse cuenta, la vida campestre la cautivó para siempre. “El año 2008 me fui a vivir al campo con el que entonces era mi pareja. Yo había quedado embarazada, él trabajaba allá y al estar distanciados, decidimos que era mejor que me fuera para allá”, relata.

“Nosotros decidimos, por iniciativa propia, mejorar la raza de nuestros perros y ahora queremos transmitir este conocimiento a todas las personas de la región que estén interesadas, sin ningún tipo de lucro”, explicó la entrenadora.

“Me fui a vivir sin saber si me iba a gustar o no, porque estaba acostumbrada a estar en la ciudad… al final me fui y me encantó”. En el transcurso de los años, la familia creció y Karina, con tres hijos y ya interiorizada de las labores de la estancia, comprendió que el entrenamiento de los perros era algo vital para realizar el trabajo productivo. “Al principio no teníamos claro el tema del entrenamiento, porque antiguamente el perro prácticamente se criaba solo, así que empezamos a buscar otras formas para entrenarlo”, explica. Tras tomar su primer curso y aprender varias técnicas, el trabajo con “Boro” (un Border Collie que Karina, literalmente, le arrebató a su marido) se complicó, comprendiendo que para poder entrenar a los canes en esta labor, se necesitaría mucho más conocimiento, aprendizaje y, sobre todo, lograr un lazo afectivo con su perro, cosa que llegaría con mucho esfuerzo y dedicación.

“Puede existir un buen rebaño sin un buen pastor, pero no puede existir un buen pastor sin un buen perro”, es la premisa favorita de Karina Montiel.

Desde entonces, Karina y Rody comenzaron a tomar diversos cursos, estableciendo lazos, principalmente, con adiestradores argentinos, brasileño y otros expertos mundiales, quienes demostraron que Chile y esta región están a años luz en técnicas de entrenamiento canino. La adiestradora comenta que: “Nosotros somos los primeros en traer este tipo de entrenamiento a la región y enseñarlo”, agregando que tras desarrollar su primer taller local, ya están preparando su segundo curso con otro experto mundial.

“El adiestramiento requiere una dedicación diaria, no basta con diez minutos al día, hay que crear un lazo afectivo con el perro y él tiene que disfrutar lo que hace”, expone la adiestradora.

Para Karina este aprendizaje y crecimiento no habría sido posible sin la colaboración de su marido y la generosidad de Roberto Twyman, dueño de la hacienda, quien les permitió innovar en su labor, sintiéndose infinitamente agradecida por ello y esperando seguir creciendo.