Desde Ushuaia, más de 100 mujeres científicas de 22 países emprendieron un viaje hacia la Antártida con un doble propósito: fortalecer el liderazgo femenino en la ciencia y concientizar sobre la crisis climática. Esta iniciativa se enmarca dentro del Programa Internacional Homeward Bound, una plataforma global que desde 2015 busca formar a 10.000 mujeres en ciencia con el fin de incidir en políticas clave para el futuro del planeta.  

Un viaje con impacto global 

La expedición, definida como «una aventura científica hacia el continente blanco», reúne a investigadoras de diversas disciplinas. Su misión es estudiar los ecosistemas antárticos y aportar soluciones frente al cambio climático, además de construir una red internacional de colaboración entre científicas.  

Más allá del impacto ambiental, este tipo de proyectos resultan fundamentales para romper barreras de género en la ciencia, dando visibilidad y empoderando a las mujeres en un ámbito históricamente dominado por hombres.  

El legado de las pioneras

Esta travesía también evoca la histórica misión de 1968, cuando cuatro científicas argentinas —Irene Bernasconi, María Adela Caría, Elena Martínez Fontes y Carmen Pujals— hicieron historia al embarcarse en el buque ARA Bahía Aguirre rumbo a la Antártida. Conocidas como “Las Cuatro de Melchior”, establecieron laboratorios móviles en la Base Melchior, recorrieron más de 1000 kilómetros de costas y recolectaron más de 2.000 equinodermos, descubriendo incluso una familia de estos organismos nunca antes registrada en la región.  

Hoy, más de cinco décadas después, una nueva generación de mujeres científicas continúa el camino que ellas abrieron, demostrando que la ciencia y la exploración no tienen género.  

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