Trufas Raffaello, fritules, krostule y algunos licores importados, más té y café, forman parte de todo lo dispuesto para compartir sobre las mesas. Varios de los asistentes traen libros y hojas de cuadernos con recetas escritas por sus abuelas y mamás. Otras mujeres exhiben sartenes y utensilios que heredaron de sus nonas y nonos e, incluso, las pequeñas pailitas u ollitas que usaban para jugar en las cocinas siendo niñas, imitando y aprendiendo diversas preparaciones tradicionales. 

Es un sábado nublado, muy frío y húmedo, pero adentro se respira calidez. No es una reunión trivial en los salones del Club Croata, sino un encuentro que puede ser fundamental pues persigue un objetivo mayúsculo: levantar una postulación ciudadana para que la Comida Familiar Croata sea declarada Patrimonio Cultural Inmaterial.

Entre los asistentes, está Juana Goic, la mujer que, con amor, talento y mucha perseverancia, ha luchado por conservar las tradiciones culinarias, escribiendo libros y realizando diversos talleres. De hecho, hace más de seis años que ella encabeza los días sábado lecciones de cocina en las dependencias del club. 

“Hace ya un tiempo que los talleres de cocina del Club Croata y el Servicio del Patrimonio en Magallanes están abordando la tradición gastronómica familiar de esa nación para presentar como Patrimonio Cultural Inmaterial en Chile. La cocina croata es una práctica, una tradición que se adapta a un nuevo territorio para vivir y, donde a propósito de compartir la mesa, se vuelven a vivenciar las raíces, los recuerdos de otras tierras, la infancia, los sabores de quienes tuvieron que dejar su patria para buscar nuevos horizontes en esta zona tan lejana. Es una cocina sencilla, familiar, que utiliza ingredientes de la agricultura familiar, hortalizas, yerbas de la huerta de la casa, entre otros insumos“, se explicó en la dirección regional del Servicio del Patrimonio.

“Recuerdo los tallarines con ciruelas y que, para Domingo de Resurrección, se hacía un pan relleno con un huevo duro”; “Uno no se da cuenta que son comidas típicas, pero he viajado a Croacia y vi trenzas de pan y rollitos de arroz”; “Mi abuelo hacía kastradina, que es carne de cordero ahumada, se hace con cualquier parte del cordero, pero la mejor es la pierna”; “Recuerdo haber acompañado a mi abuela a hacer strudel, mermelada de ruibarbo”; “Comíamos brujet, que es pescado con tomate y papas blancas”, son parte de los recuerdos compartidos entre quienes asisten a la reunión.

“Traje un cuaderno con recetas, tiene psurate, suspiros de monja, bollitos de manzana. Es un cuaderno muy antiguo, ha pasado de generación en generación, es una copia del original transcrito a mano el año 71”, muestra y señala con orgullo otra participante. “Mi mamá estudió gastronomía en la escuela técnica. Este libro es de 1946 y algunas recetas las aprendió allí y otras son de la nona”.

Los intercambios continúan: “Mi papá tenía la costumbre de hacer pierna de cerdo. A las piernas tenían que ponerle mucho peso encima, concreto o piedras para que suelten toda la sangre, las metían en sal mucho tiempo y las ahumaban. Era de un año para otro y era típico comerlas en San Juan”.

Ñoqui a la dálmata, arroz con calamares, acelga con ajo y bacalao seco y ahumado para Semana Santa son otras preparaciones que surgen en esta conversación. “Mi papá en la estancia preparaba un plato con el corazón, hígado y pulmones. Los picaba finito y los ponía a cocinar en forma lenta. En Croacia se prepara con el puro hígado”, recuerda otra asistente.

Galletas preparadas con la nata de la leche fresca, acelgas con papas, ensalada de lechuga con azúcar, quesillo con caramelo, kastradina con huevo revuelto, Vermout con huevo y azúcar, leche con vino no reposado para dar fuerza a las personas débiles y las ciruelas que le quitan la acidez a los tomates son otras preparaciones que se van rememorando.

 “El croata es un idioma difícil para nosotros. Por eso, la conexión con la comida es más natural”, comenta una de las asistentes, tras recordar su niñez y cómo ha buscado rescatar estas tradiciones culinarias y, a través de ellas, mantener vivo el lazo con Croacia.

Publicaciones Similares

Deja una respuesta