(Por Miriam Fuentes Zamorano, Ecoyoga Patagonia)
El climaterio es un tránsito natural, una etapa que nos invita a mirarnos con más honestidad, más suavidad y más presencia. No es un periodo para “sobrevivir”, sino una oportunidad para reordenar el ritmo, volver a lo esencial y cultivar hábitos que acompañen al cuerpo, la mente y las emociones en esta transformación.
Desde mi experiencia —como guía de bienestar, mujer en tránsito y amante del contacto con la naturaleza— he visto que el bienestar real no es algo instantáneo. Se cultiva. Es una práctica diaria hecha de decisiones pequeñas, sostenibles y amorosas que, con el tiempo, construyen una base sólida para sentirnos mejor hoy… y también para la mujer que seremos en los próximos años.

Aquí comparto prácticas simples que sostienen este camino:
1. Volver a la naturaleza para regular el sistema nervioso
El contacto con la naturaleza tiene un efecto directo en nuestra fisiología. Caminar entre árboles, escuchar el viento, sentir la humedad del bosque o el brillo del cielo patagónico nos ayuda a bajar la inflamación, regular el estrés y disminuir los sofocos.
No tiene que ser una excursión larga: 10 minutos al aire libre ya cambian el estado interno.
Práctica simple:
Camina sin audífonos, respirando más lento que de costumbre. Deja que el entorno te “sostenga”.
2. Recibir luz natural cada día
La luz solar regula hormonas, mejora el ánimo y ayuda a dormir mejor. En el climaterio, el sueño suele volverse irregular, por eso exponerse al sol —aunque esté nublado— es una medicina cotidiana. La mejor hora es en la mañana.
Práctica simple:
Recibir 5 a 10 minutos de luz solar en la mañana. Si puedes caminar mientras lo haces, mejor aún.
3. Yoga para un cuerpo que cambia
El yoga en esta etapa no es para “rendir”, sino para habitar el cuerpo. Las posturas suaves, el movimiento consciente y la respiración profunda ayudan a liberar tensión, disminuir ansiedad, mejorar la movilidad y reconectar con la energía vital.
Práctica simple:
Tres posturas cada día: gato-vaca, pinza de pie suave y postura del niño. Son suficientes para empezar a sentir cambios.
4. Respirar para equilibrar lo emocional
La respiración es una herramienta directa para regular emociones, y en el climaterio la sensibilidad suele estar más expuesta. Respirar consciente calma, aclara y ancla.
Práctica simple:
Inhala en 4 tiempos, exhala en 6. Repite por 2 minutos.

5. Ritualizar el autocuidado
No se trata de “hacer miles de cosas”, sino de incorporar pequeños rituales que se sientan posibles en tu vida.
Una taza de té caliente, un baño tibio, escribir tres líneas en un cuaderno, estirar antes de dormir. Lo simple también transforma.
6. Una meditación para acompañarte en este tránsito
Comparto esta meditación pensando en mujeres de 40+, en transición, para honrar este periodo y acompañar el cuerpo, la mente y las emociones desde un lugar de calma y aceptación.
Sembrar bienestar hoy para la mujer que serás mañana
El climaterio no es un quiebre: es un umbral.
Tus hábitos son las semillas que determinarán cómo cruzas este puente.
Y cuando eliges prácticas que nutren, sostienen y te devuelven a ti misma, este periodo se convierte en una etapa de claridad, fuerza y renacimiento.
Disfruta del viaje
